La perturbadora historia real detrás del nuevo documental de Netflix
El documental Un matrimonio mortal en Carolina del Norte se ha ubicado entre lo más visto de Netflix y expone los detalles de uno de los casos criminales más controversiales de los últimos años.

Un matrimonio mortal en Carolina del Norte se ha ubicado entre lo más visto de Netflix
El nuevo documental de Netflix, " Un matrimonio mortal en Carolina del Norte", expone uno de los casos criminales más controversiales de los últimos años, donde el matrimonio entre un empresario irlandés viudo y su exniñera estadounidense terminó en una escena sangrienta que dejó más preguntas que respuestas.
Jason Corbett, de 39 años, tras perder a su primera esposa por un ataque de asma en 2006, quedó a cargo de sus dos pequeños hijos Jack y Sarah. En 2008, contrató como niñera a Molly Martens, una joven estadounidense de 25 años proveniente de Knoxville, Tennessee. Lo que comenzó como una relación laboral pronto se transformó en romance, llevando a la pareja a trasladarse desde Irlanda a Carolina del Norte junto con los niños para iniciar una nueva vida juntos.
Mirá el tráiler del documental Un matrimonio mortal en Carolina del Norte:
La noche del 2 de agosto de 2015, la aparente felicidad familiar llegó a un abrupto y sangriento final. Thomas Martens, exagente del FBI y padre de Molly, se encontraba alojado en la casa de la pareja cuando escuchó una pelea. Armado con un bate de béisbol de aluminio, acudió supuestamente en ayuda de su hija. Poco después, realizó una llamada al 911 admitiendo que posiblemente había matado a su yerno. Tanto él como Molly confesaron haber golpeado a Corbett con un ladrillo y el bate, argumentando legítima defensa. Sin embargo, los fiscales calificaron el incidente como un asesinato premeditado, destacando que el informe de autopsia reveló al menos doce golpes en la cabeza de la víctima, describiendo la escena como "una de las más sangrientas" vista en mucho tiempo.
Las versiones sobre lo ocurrido aquella noche difieren radicalmente. Según los Martens, Corbett, alcoholizado, había atacado a Molly después de que ella atendiera a Sarah tras una pesadilla. Alegaron que el irlandés era frecuentemente violento, que intentó estrangular a Molly y luego atacó a Thomas cuando éste intervino. Los investigadores, sin embargo, encontraron elementos sospechosos: la llamada al 911 parecía ensayada, el cuerpo estaba demasiado frío para coincidir con la versión ofrecida, y los niños aparentaban haber sido instruidos sobre qué decir. La fiscalía también encontró un posible móvil: Corbett planeaba regresar a Irlanda con sus hijos, dejando a Molly, quien nunca los había adoptado formalmente, a pesar de haberlos criado durante la mayor parte de sus vidas.
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En 2017, un jurado encontró culpables a Molly y Thomas Martens por homicidio en segundo grado tras apenas tres horas de deliberación, sentenciándolos a entre 20 y 25 años de prisión. La decisión se basó principalmente en la disparidad entre las heridas fatales de Corbett y la ausencia total de lesiones en los acusados, así como en las inconsistencias en sus testimonios respecto al informe toxicológico. Sin embargo, la historia judicial no terminó allí. La defensa argumentó errores en el juicio, incluyendo mala conducta del jurado y exclusión de testimonios potencialmente exculpatorios de los niños. Esto llevó a que en marzo de 2021, la Corte Suprema de Carolina del Norte anulara el veredicto y ordenara un nuevo juicio, permitiendo la liberación bajo fianza de ambos acusados.
Para evitar un segundo juicio y el riesgo de regresar a prisión por un periodo más largo, en octubre de 2023 tanto Molly como Thomas se declararon "no impugnables" a cargos de homicidio voluntario. Durante la audiencia de sentencia, Jack y Sarah Corbett, ya adolescentes, presentaron impactantes declaraciones como víctimas, acusando a Molly de haberles robado a su padre, su infancia y su inocencia, solicitando al juez la sentencia máxima. Molly, por su parte, sostiene que los niños fueron "manipulados" y han olvidado la realidad de su vida familiar. Finalmente, ambos recibieron sentencias de 51 a 70 meses, pero debido al tiempo ya cumplido tras el primer juicio, solo pasaron aproximadamente siete meses adicionales en prisión, siendo liberados en junio de 2024.
El documental, dirigido por Jessica Burgess y Jenny Popplewell, presenta una investigación exhaustiva sobre este controversial caso que continúa dividiendo opiniones. Incluye entrevistas exclusivas con Molly y Thomas Martens, con Tracey Corbett-Lynch (hermana de Jason y actual tutora de los niños), con Jack y Sarah (quienes tenían 10 y 8 años cuando ocurrió el crimen), así como con investigadores, fiscales y los abogados defensores que ganaron la apelación.