Netflix: la película argentina que retrata la adolescencia con una honestidad brutal
Una película íntima y conmovedora sobre crecer, equivocarse y buscar sentido en medio del caos emocional adolescente.
Yo, adolescente: un retrato se vuelve imposible de olvidar.
NetflixHay películas que retratan la adolescencia con cierta distancia, y otras que se animan a mostrarla desde adentro, con sus contradicciones y heridas a flor de piel. Yo, adolescente (2020), dirigida por Lucas Santa Ana, pertenece a ese segundo grupo.
La cinta adapta la famosa novela autobiográfica de Nicolás “Zabo” Zamorano, quien en 2005 volcó experiencias personales en su Fotolog y años después compiló esas entradas en un libro. Ese material original fue muy popular entre adolescentes de su época, y su paso a formato cinematográfico era largamente esperado.
Ambientada en Buenos Aires, la historia se sumerge en un clima social marcado por el duelo, la confusión y la búsqueda de sentido. En ese contexto, un adolescente empieza a escribir un blog como forma de desahogo y autodescubrimiento, y lo que surge de ahí es un retrato tan íntimo como incómodo sobre crecer en tiempos inciertos.
¿De qué se trata Yo, adolescente?
La película sigue a Nicolás “Zabo” Zamorano, un chico de 16 años que, tras el suicidio de un amigo, empieza a registrar lo que vive, piensa y siente en un blog. Lo hace sin filtros, como una forma de procesar lo que no puede decir en voz alta: su dolor, su curiosidad, su sexualidad, sus dudas existenciales.
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A través de ese espacio digital, Zabo intenta entenderse mientras el mundo alrededor también se tambalea. Se cruza con amores fugaces, amistades intensas y silencios incómodos, todo en medio de una ciudad que arrastra la herida colectiva de Cromañón. En ese paisaje, el protagonista se debate entre el desencanto y las ganas de seguir adelante, buscando algún tipo de verdad entre tanto ruido.
Yo, adolescente no es una historia complaciente, pero sí profundamente honesta. Su retrato de la juventud argentina de los 2000 tiene algo crudo y real: la sensación de estar perdido, de no encontrar respuestas, de querer gritar y que alguien escuche.
Las actuaciones, sobre todo la de Renato Quattordio, sostienen el relato con mucha naturalidad, y la dirección de Lucas Santa Ana evita los golpes bajos aunque por momentos el guion se disperse. Algunos Críticos destacaron la sensibilidad con la que la película aborda “esa tan difícil edad”, mientras que otros celebraron su banda sonora y su fotografía.
La cinta encontró su lugar entre quienes buscan historias sinceras sobre el paso a la adultez. Es una película que no ofrece respuestas, pero que hace la pregunta más importante: ¿cómo se sobrevive a uno mismo cuando todo parece derrumbarse?
Si alguna vez sentiste que crecer dolía más de lo esperado, probablemente te vas a ver reflejado en Zabo. Yo, adolescente no solo retrata una época, sino también una emoción universal: la de estar perdido y, aun así, seguir escribiendo para no desaparecer.
Yo, adolescente se puede ver en Netflix.




