Netflix: ¿la serie La bestia en mí está basada en una historia real?
El lanzamiento de La bestia en mí en Netflix instaló rápidamente una pregunta entre los espectadores: ¿su trama proviene de una historia real?
La bestia en mí no está basada en una historia real
El lanzamiento de La bestia en mí en Netflix instaló rápidamente una pregunta entre los espectadores: ¿su trama proviene de una historia real? La serie presenta a Nile Jarvis, un desarrollador inmobiliario marcado por la desaparición de su primera esposa. Aunque nunca fue acusado, la sombra de la sospecha lo acompaña mientras intenta rehacer su vida junto a Nina, su nueva pareja. Ese punto de partida parece extraído de un caso policial, pero no lo es.
Según su creador, Howard Gordon, la serie es completamente ficticia. Él mismo reconoce que Jarvis y los demás personajes operan dentro del mismo mundo que el público, lo que puede despertar conexiones con sucesos reales. Sin embargo, insiste en que se trata de figuras construidas desde cero, con rasgos universales y matices propios que no responden a una persona específica.
Mirá el tráiler de la serie:
Aun así, Gordon admite que existen inspiraciones “adyacentes a la realidad”. Y aunque evita dar nombres, muchos espectadores notaron similitudes con figuras como Robert Durst, el magnate neoyorquino cuya esposa desapareció en los años ochenta. Su historia ya había inspirado películas y documentales previos, pero La bestia en mí no pretende repetir ese camino ni reconstruir hechos concretos.
Para Gordon, la libertad creativa fue esencial. Explica que Jarvis es un sociópata complejo, difícil de escribir sin caer en caricaturas. En ese proceso, la serie apostó por mostrarlo cambiante, imprevisible y capaz de pasar del encanto al silencio más inquietante. Estos matices, dice, solo son posibles cuando el personaje no está atado a una historia real.
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La bestia en mí no está basada en una historia real
El elenco también incorporó referencias del mundo real, aunque solo como herramienta interpretativa. Brittany Snow observó a mujeres asociadas a ambientes de lujo para moldear a Nina, una figura que intenta adaptarse a un estilo de vida que no le pertenece. La intención fue construir detalles creíbles, no replicar personas reconocibles.
En definitiva, La bestia en mí no está basada en una historia real, aunque se nutre de elementos que recuerdan a casos mediáticos. La serie utiliza ese clima de sospecha para mantener al espectador en alerta y demostrar que la ficción puede resultar tan inquietante como cualquier portada policial.