Robert Redford era demasiado guapo para protagonizar una de las películas románticas más famosas
Un clásico del cine romántico que casi lo vuelve a reunir con Meryl Streep. Sin embargo, en esta ocasión, fue justamente su atractivo físico lo que lo dejó fuera.
Robert Redford en África mía.
Universal PicturesEl martes 16 de septiembre se conoció la triste noticia sobre la muerte de Robert Redford. Actor, director y productor, se trata de un nombre que dejó un legado inolvidable en Hollywood, no solo por su talento, sus películas icónicas y por ser el fundador del famoso Festival de Sundance, sino también por las historias detrás de cámara que agrandaron su figura. Una de las más recordadas tiene que ver con Los puentes de Madison, un clásico romántico que pudo haberlo tenido pero que se le escapó de las manos.
En los inicios del proyecto, Redford estaba entre los nombres más firmes para interpretar al fotógrafo Robert Kincaid. Incluso su amigo Sydney Pollack, con quien había trabajado en África mía (Out of Africa) diez años antes, apoyaba la idea de que fuera el protagonista. Sin embargo, Warner Bros. descartó rápidamente esa posibilidad por un motivo insólito: su atractivo físico.
Robert Redford era demasiado guapo para el papel
Según contó un ejecutivo del estudio a Entertainment Weekly, “Warner nunca aprobó a Redford. Es un ídolo de matiné, no un tipo rudo y sencillo. Clint tiene más filo”. Esa fue la frase que terminó marcando el rumbo de la película. En su lugar, el elegido fue la leyenda Clint Eastwood, que no solo se quedó con el papel, además asumió la dirección del filme.
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La decisión no fue casual: en la industria se consideraba que Robert Redford tenía un “brillo hollywoodense” demasiado fuerte, mientras que Eastwood transmitía la rudeza y la naturalidad que se buscaban para el personaje. Esa diferencia terminó inclinando la balanza.
El triunfo de Clint Eastwood
Cuando Steven Spielberg abandonó el proyecto tras haber comprado los derechos de la novela de Robert James Waller, fue la estrella del western quien tomó el mando. Además de protagonizar, presionó para que Meryl Streep aceptara ser la coprotagonista. La actriz fue nominada al Oscar por su interpretación, consolidando la película como un hito del cine romántico de los noventa.
Lo curioso es que esta película podría haber sido una nueva reunión entre Redford y la actriz tras su inolvidable química en África mía pero quedó en el terreno de lo imposible. Y hoy, en el día de su despedida, esa anécdota suma una página más a la memoria de una carrera extraordinaria.