The Boys: ¿Por qué Homelander está obsesionado con la leche materna?

El viernes pasado, los primeros tres capítulos de la segunda temporada de The Boys llegaron a Amazon Prime y en el primer episodio los fanáticos de la serie tuvieron un bizarro recordatorio sobre la extraña obsesión de Homelander (Antony Starr) con la leche materna de Madelyn Stillwell.

Durante toda la primera temporada, Homelander manifestó sus celos hacia el hijo de Stillwell y mostró su complejo de Edipo no resuelto con la ejecutiva de Vought, lo cual culminó con el trágico final del personaje interpretado por Elisabeth Shue.

En el comienzo de la segunda temporada, Homelander continúa deambulando en la oficina vacía de Stillwell y encuentra un biberón con leche materna en el freezer que calienta con sus poderes para luego tomarla en una de las escenas más bizarras del primer capítulo y tal vez de toda la serie.

Las escenas entre Homelander y Stillwell durante la primera temporada también se caracterizaron por su clima enrarecido, generando momentos muy incómodos entre ambos. En estas secuencias quedó bastante claro que Homelander tiene una especie de complejo de Edipo no resuelto con la ejecutiva de Vought, quien era la encargada de mantenerlo bajo control.

Los deseos maternales de Homelander quedan muy bien ilustrados en una memorable escena en la que se acuesta sobre el regazo de Stillwell y la mujer finge amamantarlo, haciendo que le chupe los dedos mientras le dice que es un buen chico.

En la secuencia se puede percibir claramente la tensión sexual entre ambos. Sin embargo, todo queda reducido a un juego de roles entre madre e hijo. El beber de su leche materna al comienzo de la segunda temporada es la continuación de este arco narrativo y es la forma que tiene Homelander de recordarla.

Como se puede ver en el comienzo de la segunda temporada, Homelander es un sociópata, pero tiene el genuino deseo de pertenecer a una familia, por lo cual mantiene un gran resentimiento hacia Vought por haberlo criado fuera de un ambiente familiar. Cabe recordar que Homelander fue hecho en un laboratorio y criado por científicos que lo convirtieron en algo que pudieran usar como un arma.

En el comienzo de la segunda temporada, lo vemos tratando de conectar desesperadamente con su hijo Ryan, pero no puede hacerlo porque carece de la experiencia sobre cómo funciona una relación afectiva normal. La obsesión de Homelander con la leche materna y su complejo de Edipo no resuelto con Stillwell serían consecuencia de su extraña crianza y son todos comportamientos propios de un hombre roto, solitario y frustrado.