Las referencias históricas escondidas en 'Juego de Tronos' que seguro no conocías

Juego de Tronos se consagró como una de las series de fantasía más grandes de todos los tiempos. A pesar de contar con dragones, caminantes blanco y el cuervo de tres ojos, el show de HBO tiene un sustento histórico y realista muy fuerte.

Para dar vida a la saga Canción de hielo y fuego, George R.R. Martin se inspiró en la Guerra de las rosas. Se trató de una guerra civil entre dos poderosas familias inglesas, la Casa de Lancaster y la Casa de los York, enfrentados por el trono de Inglaterra.

Para mantenerse a tono con la fuente de inspiración de Martin, el equipo creativo de HBO también se basó en otra guerra para llevar a la pantalla la ambiciosa puesta de Game of Thrones, especialmente para los episodios finales.

En el quinto episodio de la temporada final llamado The Bells, Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) reclama el Trono de Hierro, siguiendo los pasos de su padre, el Rey Loco Aerys II Targaryen. Tras ignorar la rendición por parte de las fuerzas de Desembarco del Rey, Daenerys envía a Drogon, el último de sus dragones, a arrasar con la ciudad, acabando con soldados y civiles en una actitud vengativa y desenfrenada. La destrucción y violencia desenfrenada provoca el rechazo de sus aliados.

En el inicio del episodio final, llamado El Trono de Hierro, se ve a Tyrion Lannister (Peter Dinklage) observar la gran devastación que se cierne frente a sus ojos. Las notas del guión apuntaban que la escena debía ser filmada al estilo El hijo de Saúl, una película del año 2015 que sigue la historia de Saul Ausländer (Géza Röhrig), un prisionero de los nazis que trabaja en el campo de concentración en Auschwitz.

La película utiliza primeros planos dirigidos al rostro del personaje, lo que permite a la audiencia conocer las emociones en el rostro de Saúl mientras se convierte en testigo de las atrocidades cometidas por los nazis. Esas mismas emociones se pueden observar en el rostro de Tyrion mientras deambula por la ciudad en ruinas.

Algunos comentarios en el guión también daban cuenta de las condiciones en la que queda la ciudad tras el ataque. La destrucción que veía Tyrion describía la presencia de siluetas humanas plasmadas en el suelo tras el arrasador ataque del dragón, similar a lo que fueron las "sombras de Hiroshima", producidas por el brillo quemador producto de la explosión de la bomba nuclear.