La escena más vergonzosa de la chica popular de Sex Education

La escena más vergonzosa de la chica popular de Sex Education

El éxito de Netflix está causando revuelo con su nueva temporada y cada vez más anécdotas salen a la luz.

Redacción QueVer

La tercera temporada de Sex Education se ha vuelto un furor entre los suscriptores de Netflix. La serie está en los puestos más altos de los rankings en distintos países y la región de Hispanoamérica no es la excepción.

Una de las revelaciones de esta nueva entrega ha sido el papel de Ruby, la chica bella, coqueta y popular interpretada por la actriz Mimi Keene. La joven confesó recientemente una de las escenas en las que pasó vergüenza.

Ya desde la secuencia de apertura del primer episodio, quedó claro que Sex Education ha regresado con fuerza a levantar la temperatura. Más allá de su tono humorístico, se ha reafirmado el carácter desprejuiciado para tratar temas sexuales sin problemas de usar escenas explícitas si la situación lo requiere.

Este éxito absoluto ha dejado felices a los fans y se posiciona entre las mejores series de la plataforma líder de los servicios de streaming hogareño. Si bien continúa protagonizada por Gillian Anderson, Emma Mackey y Asa Butterfield, ha llamado la atención el crecimiento del personaje de Mimi Keene, Ruby, quien empieza una relación con el protagonista, Otis.

En una entrevista con Digital Spy, la actriz fue consultada sobre si le tocó vivir alguna experiencia incómoda a lo largo del rodaje, algo esperable en una serie que retrata muchos momentos de intimidad. Y si bien la respuesta fue positiva, su incomodidad no estuvo relacionada con aspectos sexuales.

La escena incómoda para Keene fue la siguiente, en sus propias palabras: “Hubo una escena en la que se suponía que Ruby estaba enrollando hierba y tenía que hacerlo. Ruby tenía las uñas muy largas y hay una toma muy cercana. Estoy haciéndolo y tratando de parecer que soy muy buena en ello, tratando de enrollar el final y cerrarlo”.

Tras varias pruebas, Mimi decidió resignarse y aparentar que lo había logrado: “Hubo tantas tomas en las que traté de hacerlo y simplemente rompía todo. Yo estaba como, 'Oh, por el amor de Dios'. Al final, lo sostuve en una mano y fingí que ya estaba allí. Fue un poco falso”.

¿Quién hubiera imaginado que de todas las prácticas que Ruby tuvo que realizar, la más incómoda tuviera que ver con la longitud de sus uñas?

 

Temas