Crítica de ¿Quién mató a Sara?: un final deslucido para una serie que perdió el rumbo

Crítica de ¿Quién mató a Sara?: un final deslucido para una serie que perdió el rumbo

En su tercera y última temporada, la serie mexicana abraza aún más el delirio de sus anteriores entregas y lleva el melodrama hasta límites que rozan el ridículo.

Kevin Maroto

Kevin Maroto

Este miércoles 18 de mayo llegó a Netflix la tercera temporada de '¿Quién mató a Sara?', la serie mexicana que no le teme al ridículo ni a quedar encasillada en la categoría de "consumo irónico" por sus giros de guion insólitos y sus actuaciones deplorables.

En esta tercera entrega, la serie mexicana abraza aún más el delirio de sus anteriores temporadas y lleva el melodrama hasta límites insospechados, dejando en el olvido cualquier atisbo de verosimilitud.

La serie sería mucho más divertida si fuera un poco más autoconsciente, pero nunca termina de quedar en claro si los creadores quieren que los espectadores se tomen en serio las ridículas vueltas de tuerca del guion o si los planteos buscan la complicidad de quienes siguen mirando por inercia o para ver hasta donde puede estirarse el sinsentido.

El actor francés Jean Reno se sumó como el villano de la serie.

El único que parece entender el chiste y pasárselo en grande con su personaje es el actor francés Jean Reno, quien interpreta  a Reinaldo, un desquiciado doctor que quiere curar la esquizofrenia y la homosexualidad con un medicamento revolucionario y para eso secuestra a la Sara del título (Ximena Lamadrid), a quien finalmente nadie mató.

Lo que ya había quedado claro en la segunda temporada -y queda aún más en evidencia en la tercera- es que los creadores de '¿Quién mató a Sara?' nunca imaginaron que la serie iba a tener tanto éxito como para llegar hasta una tercera entrega.

Es por esto que todo en la serie parece improvisado sobre la marcha, con giros de guion forzados y sin ningún sentido. La mayoría de los personajes no tiene mucho para hacer en esta tercera entrega y son meros objetos decorativos que entran y salen de la historia con alguna excusa insólita.

En la temporada 3 queda muy poco del atractivo que tenía la serie en sus comienzos.

Uno de los momentos más cómicos de la serie se produce en un flashback en el que se muestra cómo Álex (Manolo Cardona) adquirió sus habilidades de hacker en la cárcel. La secuencia, y muchas otras en las que Álex usa sus "habilidades", no tiene nada que envidiarle a la serie argentina "El Hacker", protagonizada por Carlín Calvo a comienzos de los 2000, que luego sería inmortalizada gracias a la gran cantidad de memes que surgieron de ella.

Otro momento "inolvidable" de la tercera temporada es cuando Rodolfo va a negociar con mafiosos vinculados a la trata de personas y les deja un supuesto bolso con dinero, pero les pide que no lo cuenten hasta que se vaya porque "es de mala educación". El bolso termina teniendo una bomba y los "educados" mafiosos explotan mientras Rodolfo alcanza a escapar del edificio. Es solo uno de los tantos momentos insólitos de esta tercera entrega.

Lo cierto es que en la temporada 3 de '¿Quién mató a Sara?' ya no queda casi nada de los elementos que hicieron a la serie atractiva al comienzo. La ficción mexicana arrancó como un entretenido policial de venganza con un misterio central en formato "whodunit" que la volvían irresistible, pero fue virando hacia el melodrama más rancio y ridículo hasta llegar a su deslucido final. 

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