Por qué el nuevo documental de Netflix sobre Johnny Depp y Amber Heard equivoca el punto de vista

Hace poco más de un año el mundo entero estaba fascinado con el juicio por difamación entre Johnny Depp y Amber Heard. Al cabo de seis semanas, el mundo entero fue testigo de las acusaciones cruzadas y los testimonios de estas celebridades que habían finalizado su divorcio en 2016.
Ahora Netflix revivió el impacto generado por el juicio a través de la docuserie Depp vs. Heard. A lo largo de tres partes, este documental se propone revivir el juicio entre la ex pareja de actores, así como el impacto mediático que se generó a partir del mismo, y cómo las opiniones manifestadas a través de las redes sociales y los medios de comunicación llevó a la jueza y los integrantes del jurado a tomar partido por una de las partes, es decir, por Depp o Heard.
En 2018, Johnny Depp demandó a su exesposa Amber Heard por difamación luego de que la actriz publicara un artículo de opinión en The Washington Post. Allí, Heard se describía a sí misma como "una figura pública que representaba el abuso doméstico", pero sin llegar a hacer mención de Depp. A raíz de esto, el actor la demandó y la actriz presentó una contrademanda.
Mira el tráiler:
Luego del juicio, que se celebró en Fairfax, Virginia, el jurado llegó a un veredicto en el que Depp había ganado las demandas presentadas y fue compensado con un cifra de $10.35 millones de dólares por daños y perjuicios. Por su parte, Heard recibió $2 millones por daños compensatorios tras ganar una de sus contrademandas.
El nuevo documental de Netflix revive el juicio con una edición pormenorizada de los momentos más jugosos del juicio entre Depp y Heard, especialmente las partes donde ambos debieron testificar. Al mismo tiempo superpone las reacciones de millones de personas alrededor del mundo, que siguieron con atención el juicio a través de YouTube, redes sociales y medios de comunicación.
La transmisión del juicio vía streaming acercó a los fanáticos de ambos actores y los introdujo a sus vidas, donde los argumentos a favor y en contra no tardaron en llegar. A medida que el juicio avanzaba, Internet ya había tomado partido por Johnny Depp, quitando mérito a cualquier cosa que Heard dijera, o mejor dicho, todo lo que dijo fue usado en su contra.
Sin embargo, en búsqueda de una pretendida neutralidad, el documental Depp vs. Heard deja mucho contexto de lado. A lo largo de los tres episodios vemos cómo la serie se ocupa de abordar el papel predominante que jugó la opinión pública en la resolución del juicio, pero para ello se vale solo de las opiniones y los comentarios que en su momento hicieron influencers, supuestos especialistas y hasta los propios usuarios de las redes. No recurre a un narrador, tampoco a especialistas o gente que haya participado del caso, que puedan brindar un análisis detallado del tema.
Otro de los puntos flojos del documental es que se omite casi por completo el juicio por difamación que Johnny Depp perdió en el Reino Unido contra el tabloide The Sun. Dicho medio había llamado al actor un "golpeador de esposas" en uno de sus artículos, por lo que Depp decidió demandar. Ese juicio fue muy distinto del que se celebró en Estados Unidos, y no solo porque no hubo cámaras presentes, sino porque el veredicto fue hecho por un juez, en lugar de un jurado.
Lo que el documental de Netflix debió haber reflejado
Como ya se mencionó, el documental sugiere que las personas que consumieron el juicio tenían una visión sesgada. Pero esta no es ninguna revelación ni novedad, o al menos no una que valga la pena tres capítulos de casi una hora cada uno.
El documental dedica gran cantidad de tiempo a mostrar a distintos influencers y creadores de contenido online, algunos de ellos dedicados a cubrir noticias del ámbito legal. Pero lo que la docuserie no menciona es que detrás de esos millones de clics y comentarios que se generaron a favor de Depp y en contra de Heard se lucró a lo grande.
Está claro que la intención de la directora Emma Cooper es dejar que el contenido hable por sí solo y que los espectadores saquen sus propias conclusiones, como si fueran otro miembro más del jurado. Pero el documental no indaga por ejemplo, en por qué se dejó de lado evidencia crucial a pedido del equipo legal de Depp. O por qué el actor eligió el condado de Fairfax, Virginia, y hasta exigió la presencia de cámaras durante el juicio. Si bien el actor de Piratas del Caribe siempre alegó que su intención era limpiar su nombre, hubo una intención premeditada de tergiversar los testimonios de Heard y dejarla en ridículo, a pesar de que la defensa de la actriz no estuvo a la altura del juicio.
En última instancia, el juicio por difamación entre Amber Heard y Johnny Depp no se trató sobre la culpabilidad o la inocencia de una de las partes, o de quién estaba diciendo la verdad. En última instancia se redujo a un peligroso circo mediático en donde todos veíamos con asombro cómo expusieron todos los aspectos de su vida privada, dando las mejores actuaciones de su carrera. Pero lo peligroso de este fenómeno es que durante el juicio se trataron y expusieron temáticas ligadas a la violencia doméstica y el abuso sexual como si se tratara de una reality show o de una serie de true crime de las que tanto disfruta de crear Netflix, para terminar siendo memes y videos de TicToc. En conclusión, el documental no aporta nada nuevo sino que contribuye a replicar el circo sacando el foco de donde debería estar.
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