J.K. Rowling responde a la elección de Paapa Essiedu como Snape en la serie de Harry Potter
La autora de Harry Potter, J.K. Rowling se refirió a la elección del actor que interpretará a Snape, quien ha manifestado su apoyo al colectivo LGBTIQ+.
La autora de Harry Potter ha sido criticada por sus dichos.
La nueva serie de Harry Potter aún está lejos de ver la luz, pero ya cuenta con su cuota de polémica. Si bien la nueva producción de HBO debe anunciar al trío protagonista, recientemente confirmó a los actores que darán vida a algunos de los personajes secundarios de la historia, tal como es el caso de Dumbledore, McGonagall o Hagrid.
Sin embargo, uno de los anuncios que ya generó cierta controversia entre los fanáticos es el de Paapa Essiedu, el actor británico que tendrá la tarea de dar vida al icónico profesor Severus Snape en la nueva adaptación televisiva.
La noticia no tardó en generar revuelo, y no precisamente por su talento o su color de piel, que se contrapone a la descripción del personaje en los libros de J.K. Rowling, sino porque Essiedu es uno de los muchos actores que firmaron una carta abierta condenando un reciente fallo de la Corte Suprema del Reino Unido que niega el reconocimiento legal a personas trans bajo el Acta de Igualdad. La carta fue respaldada por figuras como Nicola Coughlan (Bridgerton) y Bella Ramsey (The Last of Us), y expresa solidaridad con las comunidades trans, no binarias e intersex. Con esta postura pública, muchos fans de Harry Potter se preguntaron cuál es la postura de J.K. Rowling.
En los últimos años, la autora británica se ha convertido en noticia por sus opiniones sobre cuestiones de género, muchas de las cuales han sido calificadas de transfóbicas. Desde 2020, ha utilizado sus redes sociales para opinar sobre temas relacionados con identidad de género, generando una ola de críticas, incluso entre los mismos actores que trabajaron en las películas originales. Por eso, al revelarse el apoyo de Essiedu a la causa trans, muchos imaginaron un conflicto inmediato entre actor y autora.
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En las últimas horas, Rowling rompió el silencio al respecto. En una publicación en su cuenta personal de X (antes Twitter), aseguró que no tiene el poder para despedir a nadie del elenco y que, aunque lo tuviera, no lo usaría en ese contexto. "No creo en quitarle el trabajo o el sustento a alguien por tener creencias legalmente protegidas que difieren de las mías", escribió.
Una respuesta que sorprendió a varios. Porque aunque Rowling sigue defendiendo públicamente sus opiniones, también dejó en claro que no intervendrá en decisiones de casting basadas en posturas políticas o sociales.
Frente a esto, muchos se preguntan cuál es el rol de Rowling en la serie. Desde HBO confirmaron que la escritora está muy involucrada, especialmente en la elección de los responsables creativos: la showrunner Francesca Gardiner y el director Mark Mylod, quienes hicieron su paso por shows como Succession y His Dark Materials. El jefe de contenidos de HBO, Casey Bloys, también ha salido al paso de las críticas, asegurando que las opiniones personales de Rowling "no han afectado el casting ni la contratación del equipo de producción".
Bloys fue aún más directo en el pódcast The Town, donde aseguró que la serie no estará “infusionada” con las ideas personales de la autora. Hemos trabajado con Rowling por 25 años. Tiene sus opiniones políticas y está en su derecho. Si alguien quiere debatir con ella, puede ir a Twitter", dijo, sin rodeos.
La producción de esta nueva serie de Harry Potter tiene previsto comenzar entre mediados y finales de este año, con un estreno programado para 2026. Y aunque aún falta mucho para ver a Essiedu con túnica negra y mirada implacable, el camino ya viene cargado de polémica.
La gran pregunta sigue siendo si los fans podrán separar la historia del creador. Porque más allá del talento del elenco, o de lo que diga HBO, el nombre de J.K. Rowling sigue siendo un punto de tensión para el fandom. Lo que está claro es que esta nueva versión de Harry Potter no solo tendrá que lidiar con dragones, hechizos y mortífagos, sino también con un clima cultural mucho más complejo que el de hace 20 años.