La edad dorada: este episodio de la temporada 3 marca el principio del fin para los Russell

El último episodio de La edad dorada lanza una señal silenciosa pero devastadora que anticipa que el imperio de los Russell empieza a desmoronarse desde adentro.

El drama llegó para quedarse en La edad dorada 

El drama llegó para quedarse en La edad dorada 

HBO

La tercera temporada de La edad dorada (The Gilded Age) comenzó a puro drama. La tensión entre Gladys (Taissa Farmiga) y su madre Bertha Russell (Carrie Coon), continúa en aumento, mientras esta trata de asegurar el compromiso de su hija con el Duque de Buckingham (Ben Lamb).

Mientras que Gladys trataba de seguir su corazón y así poder casarse por amor con Billy, su madre terminó ganando la pulseada y el Duque aceptó la oferta final de George para tomar la mano de su hija en matrimonio.

Hacia el final del episodio 3 de la tercera temporada, vemos a los Russell presentar el imponente retrato de Gladys, y el anuncio de su compromiso. Sin embargo, la escena final viene acompañada de un gesto aparentemente trivial pero cargado de un profundo simbolismo: el collar de perlas de Gladys se rompe y vemos las perlas desperdigadas por el suelo.

¿Qué significa el retrato y la rotura del collar de perlas al final del episodio?

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Taissa Farmiga interpreta a Gladys Russell en La edad dorada. 

Taissa Farmiga interpreta a Gladys Russell en La edad dorada.

A primera vista, se trata de otro de esos grandes eventos sociales orquestados por Bertha, la imparable matriarca que desde la primera temporada viene escalando posiciones en la élite neoyorquina. Pero bajo la superficie se esconde algo más. El retrato de su hija, presentado con pompa y riguroso protocolo, no es solo una obra de arte: es una cápsula del tiempo que encierra sumisión, presión y, sobre todo, resistencia contenida.

El vestido de Gladys, los detalles de perlas, su postura rígida... todo está cuidadosamente planeado por Bertha para consolidar su victoria social definitiva, el compromiso con el duque. Pero algo no encaja. Y el momento de quiebre llega de forma simbólica pero demoledora cuando Gladys, visiblemente irritada, rompe su collar de perlas en medio del evento.

Este gesto no es solo una rabieta. Es la declaración más fuerte que ha hecho el personaje hasta ahora, sin decir una sola palabra. Cada perla que cae al suelo funciona como un presagio: lo que Bertha construyó con tanto esfuerzo empieza a desmoronarse, y no desde afuera, sino desde el núcleo. La imagen de perfección que intentaba proyectar se quiebra con un simple pero certero movimiento de muñeca.

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El desenlace del tercer episodio presagia algo malo para los Russell. 

El desenlace del tercer episodio presagia algo malo para los Russell.

La escena tiene una carga simbólica enorme. En un universo donde las apariencias lo son todo, mostrar una fisura, aunque sea emocional, puede ser tan grave como una crisis económica. El collar roto representa el primer temblor de lo que parece ser un terremoto emocional, social y tal vez financiero para la familia Russell.

Pero no son los únicos tambaleando. Este episodio de La edad dorada deja claro que nadie está a salvo en esta temporada. Agnes (Christine Baranski) ve cómo su influencia se diluye, Marian (Louisa Gummer) duda de sus decisiones amorosas, y Peggy (Denée Benton) sigue envuelta en una trama que pone a prueba su lugar en el mundo. Todos, de alguna forma, están perdiendo el equilibrio.

Bertha, por su parte, ya no es la estratega audaz que admirábamos. Ahora parece más una figura desesperada por controlar lo que ya se le escapa de las manos. El retrato que debía inmortalizar a su hija como símbolo de obediencia y elegancia, se convierte en un recordatorio doloroso de que incluso los planes más ambiciosos pueden fracasar si no se escuchan las emociones de quienes los habitan.

Sin lugar a dudas, La edad dorada, sigue siendo una serie de detalles, de gestos y de símbolos. Los nuevos episodios de la serie se emiten los días domingo por HBO y Max.