La increíble transformación de Jonathan Pryce luego de The Crown

Jonathan Pryce, actor galés de 78 años, continúa demostrando que la experiencia no limita su talento. Reconocido por su trabajo en películas como Brazil, Evita y la saga Piratas del Caribe, Pryce ha encontrado en la televisión un espacio para reinventarse. Su papel en la serie Slow Horses, disponible en Apple TV+, ha sido clave en esta nueva etapa de su carrera.

Con una trayectoria que supera las cuatro décadas, Pryce ha acumulado múltiples nominaciones a premios importantes como los Oscar, BAFTA, Emmy y Golden Globes. Sin embargo, sus mayores reconocimientos han llegado del teatro, donde ganó premios Olivier y Tonys por obras como Hamlet y Miss Saigon. Este equilibrio entre cine, teatro y televisión refleja su versatilidad.

Mirá el tráiler de la serie Slow Horses:

En los últimos años, Pryce ha brillado en la televisión con interpretaciones que han capturado la atención del público. Su papel como el príncipe Felipe en las últimas temporadas de The Crown en Netflix fue muy destacado. El actor confesó que interpretar a este personaje fue especial, ya que lo ha conocido desde su infancia, cuando presenció la coronación de la reina Isabel II.

Slow Horses, la serie de espionaje en la que interpreta a David Cartwright, ha consolidado su presencia en el streaming. La producción, que combina suspenso y humor, ha sido aclamada por la crítica y cuenta con cuatro temporadas disponibles, con una quinta en camino. Pryce aporta profundidad y carisma a su personaje, mostrando una faceta distinta a sus roles anteriores.

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Jonathan Pryce se mantiene muy activo a los 78 años

Este renacer televisivo demuestra que Jonathan Pryce sigue siendo un actor relevante y capaz de adaptarse a nuevos formatos y públicos. Su habilidad para encarnar personajes complejos y variados lo mantiene vigente en una industria en constante cambio. La combinación de experiencia y frescura es su sello distintivo.

En definitiva, la carrera de Jonathan Pryce sigue muy activa, con proyectos que reflejan su compromiso y pasión por la actuación. Desde el teatro hasta las grandes plataformas digitales, su transformación es un ejemplo de cómo un artista puede reinventarse sin perder su esencia.