Stanley Kubrick calificó esta miniserie como "el mejor programa de televisión de todos los tiempos"
Esta miniserie polaca dejó una marca en Stanley Kubrick y es considerada una de las obras audiovisuales más importantes de la historia.
El décalogo: el trabajo más aclamado de Krzysztof Kielowski.
Warner Bros.Stanley Kubrick es, sin duda, uno de los directores de cine más brillantes de todos los tiempos. Prácticamente todo lo que tocaba se convertía en oro puro. Conocido por llevar los límites de la narrativa al extremo, Kubrick es uno de los pocos cineastas en la historia del cine con una filmografía casi impecable. Desde Paths of Glory (1957), una película antibélica innovadora y, en su época, polémica, hasta su obra maestra del terror basada en Stephen King, The Shining (1980), sus películas son consideradas ejemplos casi perfectos de narrativa cinematográfica.
Kubrick fue uno de los cineastas más prolíficos e influyentes que han existido, así que cuando elogiaba una obra ajena por su genialidad, era seguro asumir que sabía de lo que hablaba. Famoso por su obsesión con los detalles, podía llevar una toma al extremo con tal de alcanzar la perfección.
Su cinta 2001: Odisea del espacio (1968) retrató el espacio con una fidelidad nunca antes vista, y Kubrick no aceptaba menos. Sin embargo, hubo una miniserie de televisión polaca de 1989 que llamó profundamente su atención, al punto que no dudó en calificarla como una obra maestra.
Kubrick quedó profundamente conmovido por El decálogo
Stanley Kubrick no era el tipo de persona que calificaba todo como excelente, una obra maestra o incluso como contenido de calidad. Tenía estándares muy altos para sí mismo y para el arte del cine. Una de las pocas obras que elogió abiertamente fue la miniserie polaca Dekalog (1989-1990), también conocida como Los diez mandamientos o El decálogo.
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La serie fue escrita por Krzysztof Kielowski junto con Krzysztof Piesiewicz, y dirigida por el propio Kielowski. Consta de diez episodios de una hora de duración, cada uno inspirado en uno de los Diez Mandamientos. Aunque fue concebida como una serie para la televisión, muchas veces se la considera una obra cinematográfica unificada debido a su cohesión temática, estilo narrativo y altísimo nivel artístico.
“Siempre soy reacio a destacar algún aspecto particular del trabajo de un gran cineasta, porque eso tiende inevitablemente a simplificar y reducir la obra. Pero en este libro de guiones de Krzysztof Kieslowski y su co-autor, Krzysztof Piesiewicz, no está fuera de lugar observar que tienen la rara habilidad de dramatizar sus ideas en lugar de simplemente hablar sobre ellas. Al transmitir sus puntos mediante la acción dramática de la historia, logran que el público descubra por sí mismo lo que realmente está ocurriendo, en lugar de decírselo. Lo hacen con tanta habilidad que uno no se da cuenta hasta mucho después de cuán profundamente han tocado el corazón.” - Stanley Kubrick, prólogo de Decalogue: The Ten Commandments (1991).
Las palabras del cineasta hablan por sí solas. Para él, Kielowski y Piesiewicz eran verdaderos genios del oficio. Comprendían el principio básico de “mostrar, no decir”, la regla de oro de toda buena narrativa. Cuando el espectador puede experimentar por sí mismo lo que sucede, la historia se vuelve más auténtica y empática. Kubrick resalta cómo sus relatos permiten al público descubrir lo que está ocurriendo, convirtiéndolos casi en parte activa de la historia.
Además, enfatiza en que las historias narradas por Kielowski y Piesiewicz se quedan con el espectador mucho tiempo después de que terminan los créditos. Afirmar que una historia “llega al corazón” es uno de los elogios más altos que un narrador puede darle a otro. Hay películas o series que se disfrutan en el momento, pero que se olvidan pronto. Sin embargo, según Kubrick, El decálogo dejó una marca en él. Tanto fue su aprecio por la obra, que escribió el prólogo del libro de guiones de la miniserie, algo que no hizo por ningún otro proyecto en su vida, según su productor ejecutivo Jan Harlan.
El decálogo ha cosechado numerosos reconocimientos y distinciones desde su estreno, consolidándose como una obra maestra del cine contemporáneo. En 2002, fue incluida por la National Society of Film Critics entre las 100 películas esenciales, y ese mismo año la revista Empire la posicionó en el puesto 36 de su lista de las 100 mejores películas del cine mundial. Además, en una prestigiosa encuesta realizada por Sight and Sound para determinar las mejores películas de los últimos 25 años, Krzysztof Kielowski fue nombrado el segundo mejor director. La serie también cuenta con una aprobación del 100% en Rotten Tomatoes, y ha recibido elogios de cineastas y críticos de renombre.
Poderosas historias sobre la moralidad
Cada episodio de El decálogo cuenta una historia inspirada en uno de los Diez Mandamientos. No llevan título, solo el número correspondiente al mandamiento que representan. Curiosamente, Kielowski nunca utilizó directamente el título Los Diez Mandamientos, aunque la inspiración es evidente.
Si bien cada episodio es independiente, comparten ciertos elementos, como la ambientación -siempre en la Varsovia de los años 80- y algunos personajes secundarios que aparecen en más de un episodio, ya que todos viven en un gran complejo habitacional. Cada entrega presenta un dilema moral complejo, abordando temas universales como la propiedad, el deseo, las relaciones humanas y, en algunos casos, incluso el asesinato.
Cada mandamiento, en esencia, hace referencia a la santidad de algo. Por ejemplo, “No matarás” puede entenderse como la santidad de la vida. “No tomarás el nombre de Dios en vano” alude al poder de las palabras y la santidad del lenguaje, más allá de lo religioso. Kielowski toma estos conceptos y los traduce en temas personales e íntimos, anclados en la vida cotidiana.
En definitiva, cualquier amante de la obra del legendario Stanley Kubrick debería considerar ver El decálogo, no solo por su calidad narrativa, sino porque permite entender mejor los gustos, influencias y sensibilidad artística de uno de los más grandes directores de todos los tiempos.