La escalofriante historia real que inspiró la serie Vigilante de Netflix

La escalofriante historia real que inspiró la serie Vigilante de Netflix

La nueva serie creada por Ryan Murphy está basada en una historia real y a continuación te contamos el calvario que vivió una familia en Estados Unidos.

Redacción QueVer

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Uno pensaría que mudarse a la casa de sus sueños podría resultar una experiencia placentera, pero también puede convertirse en la peor pesadilla. Y eso es exactamente lo que sucede con la familia Brannock, los protagonistas de la nueva miniserie creada por Ryan Murphy para Netflix.

Vigilante (The Watcher) se estrenó el pasado 13 de septiembre en la plataforma de streaming y rápidamente se ha posicionado como una de las series más vistas.

La ficción tiene de protagonistas a Dean (Bobby Cannavale) y Nora Brannock (Naomi Watts), una pareja que se muda junto a sus hijos a una idílica casa en los suburbios de Nueva Jersey. Con el objetivo de alejarse de la gran ciudad y poder brindar un espacio seguro a sus hijos, lo que los Brannock no imaginan es que el peligro los estará esperando en el interior de la nueva morada. Al poco tiempo de mudarse, la familia comienza a recibir una serie de cartas de una persona que se hace llamar "el vigilante" y que parece controlar cada movimiento que hacen, haciendo de su vida una pesadilla.

Jennifer Coolidge, Naomi Watts y Bobby Cannavale protagonizan la ficción de Netflix 

Esta es la simple e inquietante premisa que se presenta a lo largo de los 7 episodios de Vigilante, pero lo que pocos saben es que la serie está basada en hechos reales.

La terrorífica historia que le tocó atravesar a una familia

La serie presenta a los Brannock, que en la vida real se llaman Derek y Maria Broaddus. Esta familia se mudó a la imponente casa de seis habitaciones ubicada en Westfield, Nueva Jersey en junio de 2014. Tres días después de mudarse a su nuevo hogar, la familia recibió la primera carta que iba dirigida a "los nuevos dueños" de la propiedad construida en 1905.

Un artículo publicado en New York Magazine en 2018 dejaba entrever parte del escrito recibido por los Broaddus algunos años antes. Los primeros renglones de la misiva les daba la bienvenida al barrio, pero pronto el tono del mensaje se volvió más hostil y hasta amenazante.

Las misteriosas cartas comenzaron a llegar a los pocos días de que la familia se mudó 

El autor de la carta afirmaba que la propiedad había sido una obsesión para él y su familia durante largo tiempo. Su abuelo había sido el encargado de vigilar la casa en la década del 20, su padre lo había hecho en el 60, y ahora era su turno. Asimismo, la carta se preguntaba si los Broaddus conocían la historia de la casa. "¿Sabes lo que hay dentro de los muros del 657 Boulevard? ¿Por qué estás aquí?", se preguntaba el emisor.

Al igual que en la serie The Watcher, el escritor se preguntaba por las renovaciones al interior del hogar y por sus habitantes, en especial los niños de la pareja, que eran tres, en lugar de los dos que presenta la ficción. Fue a partir de esa primera carta que la familia se presentó ante la policía, que registró la propiedad y no encontró nada sospechoso.

Al día siguiente, Maria y Derek descubrieron que los antiguos propietarios de la casa, John y Andrea Woods, también habían recibido una misteriosa carta de alguien llamado "el vigilante". Los Woods, que habían vivido en Westfield durante más de 20 años, nunca antes había recibido una carta de esas características.

El "vigilante" tenía demasiada información sobre la familia 

La nota llegó en los días previos a la mudanza y estaba firmada por "el vigilante". Los Woods creyeron que se trataba de una broma y desecharon la nota. Sin embargo, cuando la policía descubrió esto, gracias a los Broaddus, les aconsejaron que no le dijeran a nadie de la carta, ni siquiera a los vecinos.

Dos semanas después de la primera carta, llegó la segunda. Esta vez con muchos más detalles e información personal sobre Maria y Derek, y en especial sobre sus hijos. Incluso, al igual que se muestra en la serie de Netflix, el "vigilante" se preguntaba si dejarían jugar a sus hijos en el sótano, al que se refería como un lugar aterrador y alejado del resto de la casa.

La pareja, que hasta el momento no se había mudado debido a las remodelaciones, decidió poner a la venta la casa que habían adquirido por 1.4 millones de dólares. El problema era que no podían encontrar comprador para la propiedad, especialmente porque decidieron no ocultar el tema de las cartas a los potenciales compradores.

El tiempo pasaba y no lograban despojarse de la propiedad. El abogado de la familia les sugirió venderla a un desarrollador inmobiliario que demoliera la casa y dividiera el lote. Sin embargo, el plan no pasó la aprobación de la Junta de Planificación de Westfield.

Meses después, la familia logró rentar la casa, pero poco tiempo después de que la nueva familia se mudó, el vigilante envió otra carta. En un tono mucho más agresivo, el autor se encontraba molesto por toda la atención que habían atraído en torno al vecindario y la casa en particular. Incluso amenazaba a la pareja, dándoles a entender que estaba planeando su muerte. La cuarta y última carta finalizaba con: "Son despreciados por la casa. El vigilante ganó".

¿Quién era el vigilante?

Desde el comienzo, la policía comenzó a sospechar de los mismos residentes de Westfield. Al igual que en la ficción, las fuerzas de seguridad tomaron muestras del ADN de los sobres, allí descubrieron que se trataba de una mujer. Comenzaron con las vecinas cercanas, pero ninguna coincidía. Incluso examinaron la misma Maria Broaddus, pero tampoco.

Algunas personas del vecindario comenzaron a sospechar de los dueños de casa. Los rumores sobre la situación económica de la familia no tardaron en llegar, lo que hacía suponer que ellos mismo se enviaban las cartas y así justificar que no podían hacer frente a los gastos. Un tiempo más tarde, Derek admitió haber enviado algunas cartas a los vecinos, con el objetivo de limpiar su nombre. Sin embargo, la jugada le salió en contra y complejizó aún más la situación.

Mia Farrow y Terry Kinney interpretan a los misteriosos vecinos 

Finalmente, en el verano de 2019, la familia logró vender la casa por 959 mil dólares, lo que resultó en una pérdida de 400 mil dólares en una casa en la que nunca vivieron. Cuando los nuevos dueños se mudaron a la casa, los Broaddus les hicieron llegar una nota que decía: "Les deseamos nada más que la paz y la tranquilidad que una vez soñamos en esta casa", acompañada de una foto de la carta del vigilante, en caso que alguna vez recibieran alguna. Al día de la fecha no ha llegado ninguna carta.

Los Broaddus se mudaron a una casa más pequeña en el área de Westfield. En declaraciones a los medios, afirmaron que la experiencia fue traumática y que hasta el día de hoy intentan seguir adelante con sus vidas.

La identidad del vigilante continúa siendo un misterio. Aunque la investigación continúa inactiva el caso no está cerrado. Las autoridades creen que se trata de una mujer adulta y que vive cerca del 657 Boulevard, pero que la única forma de resolver el caso es mediante una confesión o una correlación de ADN, algo que no ha sucedido hasta el momento.

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