La aventura romántica de Netflix y Movistar Plus que te invadirá de nostalgia

Todos conocemos las películas de Rob Reiner… aunque muchos pueden no conocerlo a él. Ya sea para reírnos histéricamente con el falso documental This Is Spinal Tap, emocionarnos con Cuenta conmigo (Stand By Me), enamorarnos con Cuando Harry conoció a Sally (When Harry Met Sally), aterrarnos con Misery o cautivarnos con Cuestión de honor (A Few Good Men), Reiner es sin lugar a dudas uno de los directores más prolíficos de la historia del cine. Sea cual sea el enfoque que el cineasta quiera dar, sabemos que no decepcionará.

De todos modos, por más sensacionales que sean todos esos títulos, hay una película la cual muchos consideran un filme inigualable, un verdadero filme de culto que se ha empeñado cada vez más en los corazones de las audiencias. Un clásico que logra englobar todas las emociones mencionadas en una sola película encantadora.

Se trata de The Princess Bride, también conocida como La Princesa Prometida, la indiscutida obra maestra que protagonizan Robin Wright, Cary Elwes y Mandy Patinkin. La película, comienza con un abuelo (Peter Falk) contándole un cuento a su nieto, interpretado por el entonces niño Fred Savage una historia antes de irse a dormir. Al empezar con la historia de amor entre la Princesa Buttercup (Wright) y el plebeyo Westley (Elwes), el pequeño Savage parece poco receptivo de la historia por su naturaleza romántica, pero se encuentra rápidamente atrapado por la aventura que engendra.

Westley desaparece en búsqueda de una fortuna con la que le permita a Buttercup casarse con él, pero es reportado muerto tras un trágico ataque pirata. Esto lleva a la princesa a creer que su gran amor está perdido, y es forzada a casarse con el príncipe Humperdinck, heredero del trono de Florin. Sin embargo, previo al día de su casamiento, la joven y bella Robin Wright es secuestrada por un trío estrafalario, comandado por el diminuto genio siciliano Vizzini (Wallace Shawn), el gigante luchador turco Fezzik (André the Giant), y el experto espadachín español Íñigo Montoya, interpretado por Patinkin.

El trío fue contratado por un misterioso hombre enmascarado que quiere hacer creer que la princesa Buttercup fue asesinada para comenzar una guerra entre Florin y su reino vecino. La historia se desarrolla de forma sorpresiva, presentando una historia única y sumamente icónica que sirve como un encantador cuento de hadas posmoderno que hace que el viejo trope de la damisela en apuros se sienta fresco gracias a su comedia y romance.

Aunque pasaron ya casi 40 años desde su estreno, el filme de Reiner sigue sintiéndose nuevo, como lo hacen todas las grandes películas de la historia. Puede que en su estreno original, The Princess Bride haya sido un éxito moderado en taquilla (apenas recuperando su presupuesto), pero el tiempo tan solo la hizo envejecer como un buen vino. Hoy en día, es la dosis perfecta de nostalgia que todos necesitamos.

Con un guion cautivador, una dirección y un rejunte de personajes únicos interpretados a la perfección por su talentoso elenco, es fácil entender porque la película de Reiner tiene una influencia y un aprecio tan grande en el mundo del cine. Después de todo, qué sería de él sin un romance prohibido ejemplar como el de Buttercup y Westley, o sin la incontable cantidad de frases icónicas que el filme nos ha brindado, principalmente, el famoso "My Name is Íñigo Montoya. You Killed My Father, Prepare to Die".

The Princess Bride siempre será la película perfecta para disfrutar en cualquier momento, y por suerte, se encuentra disponible en Movistar Plus para los usuarios de España, y en Netflix para los de Latinoamérica.

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