Dónde se filmó la película Adú y cuál es la historia detrás

Estrenada en 2020, Adú es una película dramática que utiliza la ficción para poner en primer plano graves problemáticas que se viven tanto en España como en África. En esta oportunidad, te contamos cuáles fueron las historias que la inspiraron y te decimos también dónde se filmaron sus escenas.

La de Adú es una historia coral que transcurre en distintos lugares y tiene como protagonistas a personas de distinta edad que se enfrentan a diversas problemáticas. En total son 3 historias que muestran en pantalla a un niño de 6 años y a su hermana mayor que quieren migrar a Europa, a un activista medioambiental y a su hija que luchan contra la caza furtiva en África y a un grupo de guardias civiles que deben frenar una nueva oleada de inmigrantes ilegales.

En el tráiler de la película se aclara que está “inspirada en millones de historias reales”. Sin embargo, hay un par de noticias específicas que impulsaron la realización de esta obra que se centra más bien en mostrar problemáticas cotidianas sin necesidad de tomar partido al respecto.

Paolo Vasile, delegado de Mediaset España, manifestó en una de las jornadas de presentación de Adú que todo nació con la noticia del “niño de la maleta”. Con esto se refiere a que en 2015, en un cruce fronterizo de Ceuta, un escáner encontró a un niño de 8 años escondido dentro de este objeto. Salvador Calvo, el director del film, agregó que también se inspiraron en la noticia del viaje de dos hermanos, la cual guarda muchas similitudes con la que tiene como protagonista a Massar.

Adú: los sitios donde se filmó y las dificultades que implicó el rodaje

Al momento de encarar el proyecto de Adú, Salvador Calvo contaba con la experiencia necesaria para hacerlo, ya sea para la grabación en general o para el abordaje de las temáticas elegidas. Con la miniserie Alakrana, el madrileño nacido en 1970 ya había propuesto un drama vinculado a la realidad africana. A su vez, con Masala había abordado la problemática de la inmigración.

Si bien las historias que transcurren en África se sitúan en Camerún, Senegal y Mauritania, la grabación se llevó a cabo en Marruecos y, sobre todo, en Benín, un pequeño país ubicado al oeste del continente. Melilla, Murcia y Madrid fueron otros de los lugares elegidos para un rodaje que, en palabras del director, fue “muy complicado”. Esto se debe a que todos los días tenían que grabar en “escenarios distintos” e incluso hacer frente a desafíos de todo tipo.

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