David Fincher se proclama a favor del streaming y dispara contra las salas de cine convencionales
El director, que estrenó su última cinta directamente en Netflix, opinó que el futuro de la industria está en las plataformas, que no escatiman a la hora de producir y destinan grandes sumas de dinero a los rodajes. Además, dijo que las salas deberían renovarse ya que son "malolientes y grasientas".
Tras las críticas de Chistopher Nolan al streaming, al que tildó de responsable de las huelgas que tuvieron en vilo a Hollywood por más de 100 días, David Fincher defendió a las plataformas y denostó a las salas comerciales de cine.
"Seamos sinceros. He trabajado para la mayoría de los grandes estudios de cine. Cuando les dices: 'Tengo que hacer estos efectos especiales en 4K', su primera respuesta es: 'Vaya, ¿por qué hacerlo tan caro?'. Se resisten al menor gasto. Netflix nunca ha puesto reparos a este tipo de elección. Adoptaron un estándar de la industria que tenía sentido para los cineastas. Netflix tiene, con diferencia, el mejor control de calidad de todo Hollywood", expresó.

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El director acaba de estrenar en mencionada plataforma The Killer (El asesino), el thriller protagonizado por Michael Fassbender sobre un asesino a sueldo que tiene que lidiar con su conciencia mientras cumple los encargos de sus clientes.
Con un presupuesto sin límites y grandes actores, Fincher pudo contar esta historia sin ningún reparo por parte de Netflix, que pudo a su disposición todo lo que necesitaba para el desarrollo del rodaje y la post-producción.
"No salvaremos el cine como cultura restringiendo los sistemas de distribución doméstica. Para ello, el cine tendría que convertirse en un lugar de vanguardia, y no este lugar húmedo, maloliente y grasiento que sigue siendo, con muy pocas excepciones, escatimando todos los gastos necesarios", aseguró.

Crédito: Netflix
Y, agregó: "Me encantaban algunos cines, como el Grauman's Chinese Theater o el Cinerama Dome de Los Ángeles, pero las condiciones técnicas eran deplorables. Debemos dejar atrás toda esta nostalgia para hacernos por fin la pregunta correcta: ¿quién ofrece hoy una representación óptima?".
La polémica está servida con dos bandos muy claros: el tradicionalista de Nolan, que quiere volver a las bases, destacando el impulso que las salas le dan a las cintas; o el de David Fincher, que plantea una industria volcada a las plataformas con salas de cine de última generación disponibles para las cintas que técnicamente lo requieran.
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