Adam Driver admite que su hijo también odia las películas y que no verá su próximo film

Adam Driver admite que su hijo también odia las películas y que no verá su próximo film

Cercano a estrenar el film de ciencia ficción 65, el actor no logra hacer que su hijo se enganche con el cine

Redacción QueVer

Podrá ser talentoso, una auténtica estrella, un hombre que ha interpretado varios personajes tan memorables como disímiles, incluso considerado por Scorsese como uno de los mejores de su generación, pero Adam Driver es un hombre que no soporta verse actuar. 

Por extraño que parezca, a la estrella de 39 años le resulta totalmente insoportable verse actuando, a punto tal de incluso haberse retirado de una entrevista en la que salió un fragmento de una de sus películas. Uno podría pensar que esta actitud podía ser particular, pero al parecer hay otro integrante de su familia que prefiere no verlo frente a cámaras. 

Su hijo, según el propio actor, no le interesan para nada las películas, por lo que no disfruta de ver a su padre actuar. "Le digo que alguna vez haremos películas juntos y él me responde como que puede ser, que odia las películas" declaró durante el Late Night de Seth Meyers. "Realmente las odia. Una vez le mostré la primera película de Mary Poppins y apenas dijo 'Sí, está bien'. Y cuando le digo si quería ver algo más, me dijo que no, que estaba bien así". 

Esto a pesar de los intentos de acercar a su hijo al arte cinematográfico, ya que según él mismo admitió, una parte de haber aceptado su rol en la película 65 es el amor que su hijo tiene hacia los dinosaurios. Claro, en este película interpretará a Mills, el piloto de una nave que cae en un planeta donde se encuentran estos animales, extintos en la Tierra hace millones de años. 

Driver como Mills en 65

"Le gustan los dinosaurios, las armas láser, así que dije 'cuenten conmigo', por lo que quizás logre sorprenderlo. Cuando le mostré algo, él mismo iba nombrando los dinosaurios que aparecían, realmente parecía entusiasmado"  

A pesar de la falta de entusiasmo, quizás esta sea la oportunidad para que el hijo de Adam pueda descubrir el talento inconmensurable de su padre y, porque no, disfrutar junto a él una de sus películas. Soñar no cuesta nada. 

 

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