La increíble anécdota de Spielberg con Tarantino donde demuestra toda su genialidad

La increíble anécdota de Spielberg con Tarantino donde demuestra toda su genialidad

Mientras cazaban patos con Robert Zemeckis, el mítico Spielberg anticipó todo lo que pasaría en los Oscar de ese año.

Nicolás Berte

Quentin Tarantino y Steven Spielberg son dos colegas y amigos de Hollywood, dos personas que inevitablemente iban a terminar viendo y admirándose continuamente. Y lo curioso es que una de las primeras veces que se vieron, fue en una reunión en la que fueron a cazar patos con Robert Zemeckis. 

Corría el año 1995 cuando Quentin Tarantino recibió el llamado de Steven, quien lo invitaba a esta particular actividad. Según cuenta el mismo director, acababa de sorprender al mundo con Pulp Fiction y a su colega le parecía una buena oportunidad para unir al nuevo genio y entender que todos allí eran artistas, y que la competencia en las premiaciones no se trasladara a planos personales. 

Una vez allí, Steven sorprendió a su invitado con una particular reflexión. Se trataba sobre la temporada de premios que se avecinaba y, sobre todo, por los Premios Oscar. Mucho antes incluso de que estén nominados y mucho menos entregados, Steven le dijo a Quentin que tanto él como Robert Zemeckis estarían nominados a Mejor director y Mejor Película, pero que ambos premios serían para Forrest Gump, la película candidata del año. Sin embargo, sí sería el ganador a Mejor Guión Original. Ante eso, hizo una pausa y le dijo “La segunda película y un hombrecito de oro, no está nada mal”. 

Tarantino quedó impresionado por lo que le acababa de decir, ya desde el hecho de que haya nombrado a los Oscar como “hombrecito de oro” y por haber dado ese veredicto tanto antes de que sucediera. Claro, cuando la ceremonia de ese año se llevó a cabo, las palabras de Spielberg se hicieron realidad. Robert Zemeckis y Forrest Gump ganaron por Mejor Director y Mejor Película, mientras que Quentin se tuvo que contentar con el de Mejor Guión Original. 

Parece que el director de Tiburón no sólo es una mente maestra para dirigir películas, sino que entiende muy bien los parámetros de la industria. No por nada ha construido la carrera de la manera que lo ha hecho, transformándose en uno de los realizadores más grandes de la historia. 

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