El inusual método con el que Austin Butler ganó peso para convertirse en Elvis Presley

El inusual método con el que Austin Butler ganó peso para convertirse en Elvis Presley

El actor, uno de los grandes candidatos a quedarse con el Oscar como Mejor Actor, debió cambiar su fisonomía para dar vida al artista en el ocaso de su vida. Si bien fueron pocas las escenas las que tuvo que rodar con esta fisonomía, cambio por completo su dieta para dar con el cuerpo requerido.

Delfina Ortega Nodar

Delfina Ortega Nodar

Con el BAFTA y el Globo de Oro debajo del brazo, Austin Butler llega a la entrega de los Premios Oscar como uno de los grandes favoritos, junto a Brendan Fraser, en la categoría de Mejor Actor. El joven de 31 años, que eclipsó al mundo con su interpretación de Elvis Presley en la biopic dirigida por Baz Luhrman, paso por extenuante proceso físico y vocal para dar con el rol pero, llamó la atención su inusual método para ganar el peso necesario para retratar el ocaso de la leyenda.

En una entrevista con Variety, el intérprete confesó que consumió batidos hipercalóricos con helado, leche entera y mantequilla, tras consultar con un nutricionista y a un entrenador personal al respecto. Este método, se lo copió a Ryan Gosling, quien lo implementó para engordar los 27 kilos que le exigía el rol de The Lovely Bones, que, por diferencias artísticas con el director del filme, termino recayendo en manos de Mark Wahlberg.

"Había escuchado que Ryan Gosling había tomado Häagen-Dazs recalentados en el microondas y empecé a hacerlo. Es divertido durante una semana, pero luego te sientes fatal contigo mismo", expresó Butler.

Al igual que Austin, Brendan Fraser tuvo que subir de peso, aunque en su caso, al tratarse de un personaje que padece obesidad mórbida, llevó una pesada prótesis para incrementar así su fisonomía y no poner en riesgo su salud.

Al igual de Austin Butler, Brendan Fraser se sometió a un radical aumento de peso aunque en su caso hubo, también, prótesis de por medio
Crédito: NIKO TAVERNISE

En su caso, lució un traje que se esculpió digitalmente y luego fue elaborado con una impresora 3D que dio con los prostéticos que utilizó el actor durante el rodaje. Los mismos, eran pintados con un aerógrafo para lograr que fueran el fiel reflejo de la piel humana. Este proceso implicaba que el actor pasase entre cinco y seis horas en la sala de maquillaje, aumentando a razón de 25 y 150 kilos, dependiendo de la escena.

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