The Flash: una película que con aciertos y fallas se convierte en el cierre perfecto para el DCEU

Después de una gran cantidad de tiempo de espera, sin olvidar una importante seguidilla de problemas especialmente ligados a su protagonista Ezra Miller, finalmente llegó a los cines The Flash.

Con el aclamado arco de los cómics Flashpoint como inspiración, The Flash nos lleva ante un Barry Allen (Ezra Miller) más preparado, con un mayor conocimiento sobre el uso de la Speed Force, pero aún arrastrando el único fantasma de su pasado que no puede superar, la muerte de su madre Nora (Maribel Verdú) y la injusta encarcelación de su padre Henry (Ron Livingston).

La frustración del velocista escarlata lo lleva a descubrir un aspecto más de sus habilidades: el regreso en el tiempo. Analizando todo, Barry decide utilizar esta habilidad para detener la muerte de su madre, a pesar de las advertencia de su único amigo Bruce Wayne (Ben Affleck)

Barry desata toda la fuerza de la Speed Force, logrando cambiar el destino de sus padres, el problema es que su acto afectó seriamente a su mundo, desde la creación de otra versión de él mismo, la falta de metahumanos y hasta una invasión en puerta del General Zod (Michael Shannon) Barry, junto a Barry, decide buscar a la única persona capaz de ayudarle a solucionar todo y detener la invasión: Batman. La sorpresa es que este Murciélago (Michael Keaton) no es el que conoció.

Dentro de los fuertes del filme encontramos el trabajo de Ezra Miller, quien se pone al hombro la historia al interpretar las dos versiones de Allen. El actor logra crear un personaje completamente diferente del otro a pesar de que sean los mismos. Además, maneja a la perfección la emotividad con lo referido a su madre y el dolor de tener que lidiar con esa falta.

Otro punto fuerte es que la película hace un uso respetuoso y cuidado de los héroes de DC (atención a los cameos), especialmente con el Batman de Michael Keaton. Muschietti se encargó de trasladar el personaje que llevaron Keaton y Tim Burton a la pantalla grande, solamente que entrado en años y con un Batsuit que finalmente le ofrece movilidad, lo que desencadena en escenas de lucha que enloquecerán a los fans.

Tampoco hay que olvidar el trabajo de Sasha Calle, que libera una versión sombría y seria de Kara Zor-El. Esta Supergirl tiene un propósito que no pudo cumplir y eso la lleva a ser distinta, implacable, sin nada que perder. Ojalá que los hilos multiversales le permitan a Calle seguir con el traje kryptoniano, ¡llamada para James Gunn!.

Como punto flojo aquí entramos una sola cosa, que tiene mucho peso en contra: el CGI. De no ser por los factores de peso que tiene The Flash, el CGI sería el lastre, la sentencia muerte de la película. Los efectos se ven extraños, como sacados de un videojuego de principios de los 2000, algo impensado para la época que transitamos y con los grandes exponentes en CGI que se pueden ver. Recientemente Muschietti defendió el estilo de animación aduciendo que es por la perspectiva de Flash. Vaya forma rara que tiene de ver el superhéroe.

"La idea, por supuesto, es... estamos en la perspectiva del Flash. Todo está distorsionado en términos de luces y texturas", expuso el cineasta argentino sobre el CGI.

La película de Andy Muschietti maneja bien la historia multiversal y de viaje en el tiempo. A esto le suma una buena dosis de humor, acción y emotividad. A pesar del flojo CGI, The Flash es una de las mejores películas de DC hasta la fecha y el cierre perfecto para lo que fue el DCEU (Universo Extendido de DC).

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