El personaje que aún hoy atormenta a Natalie Portman pese a haber ganador varios premios por el

Con más de 40 películas en su haber, hay un personaje que Natalie Portman parece no poder superar pese a que pasaron ya trece años desde que lo interpretó en la pantalla.

El rol en cuestión es el de Nina Sayers, la brillante e intrigante bailarina de Black Swan (El cisne negro) que le dio a la actriz su primer y único Oscar.

Para Portman, la construcción de Nina fue muy complicada ya que implicaba un enorme esfuerzo desde lo físico (para dar con el porte y las líneas de una bailarina de ballet profesional) y desde lo emocional debido a la dualidad que el personaje va mostrando a lo largo de la historia.

"Fue la primera vez que entendí cómo puedes estar tan absorto en un papel que puede derribarte", reveló en diálogo con Entertainment Weekly.

Y, agregó: "Pensé que podía llegar a morir".

Más allá del tormento que este rol significó para ella, Natalie Portman reconoce que el director Darren Aronofsky fue mucho más benévolo con ella de lo que en verdad son los coreógrafos y directores con los que tienen que lidiar a diario las bailarinas que pasan sus días entre duros entrenamientos y una constante presión sobre ella mismas y sus cuerpos con los que puede ser muy difícil lidiar.

"Nina, una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre, la rivalidad con su compañera Lily y las exigencias del severo director se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión mental que la incapacitan para distinguir entre realidad y ficción", reza la sinopsis oficial del aclamado thriller que aún hoy persigue a la actriz.