El drama romántico dirigido por Clint Eastwood que todos deberían ver, pero pasa desapercibido
Uno de los primeros largometrajes del director es una gran historia de amor que todos deberían ver.
Con la nueva película de Clint Eastwood, Juror #2, a la vuelta de la esquina, es el momento perfecto para repasar la monstruosa filmografía como director que ha dejado a su paso. El catálogo del cineasta es legendario, con una gran variedad de historias que abarcan desde 1971 hasta nuestros días.
Películas recientes como Llora Macho y La Mula son ejemplos de lo que se ha dado en llamar la "automitologización" de Clint Eastwood. Cintas de innegable calidad autorreferencial, protagonizadas por personajes envejecidos (interpretados por él mismo) en “una última carrera”. Incluso en la década de 2000 dio algunas muestras de ello, siendo Gran Torino el ejemplo más apropiado.
A pesar de esta conciencia de sí mismo al final de su carrera, se podría argumentar que el autorretrato más conmovedor llegó con Breezy, de 1973. Fenomenalmente infravalorada y criminalmente desapercibida, esta cinta es algo más que un aviso premonitorio de las futuras hazañas profesionales de Eastwood: es también una obra maestra a sangre fría.
¿De qué se trata Breezy?
La trama cuenta la historia de un inesperado romance entre Frank Harmon, un hombre de mediana edad desencantado con la vida, y Breezy, una joven espíritu libre. Breezy, llena de energía y optimismo, entra en la vida de Frank por casualidad, desafiando sus convicciones sobre el amor y las relaciones. Aunque al principio Frank se muestra reacio a entablar una conexión con alguien tan diferente y mucho más joven, pronto se ve atrapado por la autenticidad y la frescura de la joven, lo que lo lleva a replantearse su enfoque sobre la vida y las emociones.
La película, protagonizada por William Holden y Kay Lenz, fue la tercera cinta del cineasta y retrata un romance de pura fantasía; no sólo por la diferencia de edad entre los personajes (36 años), sino también por sus extremas diferencias. Este detalle no pasa desapercibido para los realizadores, de hecho, es totalmente intencionado. El eslogan de la cinta es "Su nombre es Breezy... y el amor era todo lo que tenían en común", y no podría ser más apropiado.
Una de las principales razones por las que Breezy es una obra maestra poco valorada, es su temática. Eastwood ha dirigido diversas películas brillantes, y todas ellas tienen en común temas muy similares: la corrupción burocrática de héroes estadounidenses difamados, películas bélicas intensas que profundizan en los efectos psicológicos de la experiencia y westerns vengativos son algunos de ellos.
Esta es otra razón por la que Breezy es un caso atípico. La cinta es un ejercicio de optimismo y amor libre de un director notoriamente cínico, y se centra sin complejos en el lado bueno de las cosas. La película se basa por completo en la visión del mundo de su personaje titular. Todo saldrá bien; todo el mundo tiene amor para dar. Breezy es un cine que abre el corazón y el mejor ejemplo de ello.
A pesar de no haber conseguido hacerse un hueco en el canon cinematográfico, Breezy sigue siendo una obra casi perfecta escondida en una de las mejores filmografías de todos los tiempos. Es el momento perfecto para que sea redescubierta y revalorizada.