El clásico romántico que sirvió de inspiración a David Fincher para El club de la pelea
El director reveló que "El graduado" fue una cinta clave para el film protagonizado por Edward Norton y Brad Pitt. Para Fincher, el paso a la madurez a los treinta en vez de al final de la adolescencia es lo que hermana a ambas historias pese a ser de géneros diametralmente opuestos.
Los clásicos suelen funcionar como inspiración para nuevas historias, aunque, entre inspiración e historia inspirada, haya más diferencias que similitudes; tal como le sucedió a David Fincher con El club de la pelea, para la que se inspiró en un clásico romántico de los '60.
Basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk, la cinta de 1999 sigue a un joven hastiado de su gris y monótona vida que lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador.
Protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton, la inspiración de David Fincher a la hora de rodarla fue El graduado, el polémico clásico romántico de 1967, protagonizado por Dustin Hoffman y Anne Bancroft.
"Ben Braddock es un joven que regresa a su hogar tras graduarse de la Universidad. Con ganas de desafiar los ideales y la moral de la generación de sus padres, quiere terminar con la hipocresía y la corrupción de la sociedad en la que vive. Una amiga de la familia, la señora Robinson se encapricha de Ben y lo convierte en su amante, pero esta relación se complicará cuando el chico conozca a Elaine, la hija de la señora Robinson", reza la sinopsis oficial de la cinta que fue un faro, 32 años después, para el director.
"Me pareció que El club de la pelea era como El graduado: una historia sobre el paso a la madurez de gente que maduraba a los treinta en vez de al final de su adolescencia o al cumplir los veinte", dijo.
Y, agregó: "En nuestra sociedad, los jóvenes son mucho más sofisticados a una edad más temprana, y mucho menos maduros emocionalmente a una edad más tardía. Y esas dos cosas chocan entre sí".