La respuesta del director de Wicked ante una de las mayores críticas de la película
El director aseguró que, con la técnica de filmación utilizada, buscaba convertir el mundo de Oz en un lugar real, a la vez que sentir el desgate del metraje conforme pasen los años. Para muchos, el proceso escogido hace que el film parezca, por momentos, un videojuego debido a los tonos escogidos.
Pese a su puntaje perfecto, Wicked tiene un aspecto que, según parte del público que ya vio la cinta, es digno de criticar: su fotografía.
A diferencia de El Mago de Oz, que utilizó el Technicolor, proceso desarrollado en 1916 que es conocido y reconocido por su nivel saturado de color; Jon M. Chu se decantó por una técnica muchísimo más artesanal y que resalte el realismo de cada escena, al punto de que el espectador puede llegar a sentirse en el teatro gracias a semejante despliegue escenográfico, vocal y actoral.
Mira el tráiler de Wicked:
"Lo que queríamos era sumergir a la gente en Oz, convertirlo en un lugar real. Porque si fuera un lugar falso, si fuera un sueño en la mente de alguien, entonces las relaciones reales y lo que está en juego por lo que están pasando estas dos chicas no parecería real", dijo el director.
Y, agregó: "Tenemos el medio ambiente. El sol es la principal fuente de luz. Ves los vastos paisajes. Ves el aire. Ves que las criaturas existen aquí. Estos dos personajes que pasarán por dos películas, su relación con la tierra es importante; su relación con la naturaleza de esta tierra que el mago se impuso. El contraste [de color] aumenta con el tiempo porque eso es lo que Elphaba aporta a este mundo".
Para Jon M. Chu era clave hacer que el espectador se sintiera parte del mundo de Oz, que fue creado de cero y plagado de realismo. Prueba de ello, se plantaron 9 millones de tulipanes reales en el set para recrear el escenario de esta mágica tierra donde se desarrolla la historia.
De haber utilizado Technicolor, todos los detalles realistas de la cinta hubiesen quedado demasiado saturados, llevando la producción al otro extremo, al volverla mucho más plástica y de fantasía.
"Se presenta de una forma que no habíamos visto antes en Oz. Ha sido una pintura mate. Ha sido un mundo digital de videojuego. Pero para nosotros, quiero sentir la suciedad. Quiero sentir su desgaste. Y eso significa que no es plástico", expresó.