Un estudio científico demostró que este famoso y querido actor tenía "la voz perfecta"

La voz humana es un instrumento poderoso que, a menudo, pasa desapercibido pero realmente juega un papel crucial en la manera en que formamos nuestra percepción de los demás. Un solo tono puede transformar una presencia, desde hacerla imponente hasta dotarla de una calidez única. ¿Quién no ha sentido que, al escuchar a alguien, su voz logra pintar una imagen mental mucho más precisa de su personalidad? Este rasgo puede convertir a una persona de seductora a rechazada, de fría a entrañable, y esto es especialmente cierto en el mundo del cine, donde la voz puede definir no solo un personaje, sino también la carrera de un actor.

En 2008, un estudio realizado por el lingüista Andrew Linn y el ingeniero de sonido Shannon Harris, basado en una fórmula matemática, reveló qué características componen la voz humana ideal. Se analizaron 50 voces y se llegaron a conclusiones sorprendentes. Alan Rickman, conocido por su papel como Severus Snape en Harry Potter, se destacó como el ganador indiscutido. 

El estudio utilizó un algoritmo para identificar las cualidades ideales de tono, velocidad, frecuencia y entonación, elementos que combinados en la voz de Rickman le otorgaron la puntuación más alta. “Como humanos, sabemos instintivamente qué voces nos dan escalofríos y cuáles nos hacen estremecer de asco”, explicó el lingüista Linn, director de la investigación. Rickman, con su grave y clara pronunciación, logró un equilibrio perfecto de estos elementos.

La fascinación por la voz de Rickman no es solo una cuestión de ciencia; es también una respuesta emocional profunda que tiene el poder de conectar al oyente con el hablante. Voces como la de Morgan Freeman o Christopher Walken también han sido mencionadas por su capacidad para cautivar, pero la voz de Rickman tenía una cualidad especial que llegaba al alma de quien lo escuchaba. El actor británico sabía cómo usar su tono grave y su ritmo pausado para dar fuerza a sus diálogos, como en su inolvidable interpretación del villano Hans Gruber en Duro de Matar.

Para entender lo que hace que una voz sea tan atrayente, es importante considerar los estudios que exploran la interacción entre nuestras respuestas emocionales y las voces humanas. Según Linn, las respuestas emocionales ante las voces son casi universales, y las voces que califican más alto suelen estar asociadas con características sociales positivas. La voz de Rickman, por ejemplo, transmitía autoridad y serenidad, atributos que contribuyeron a su éxito tanto en papeles de villano como en los de personajes más sensibles y complejos.

Pero la voz no es solo un atributo útil para los villanos. En el caso de Rickman, su tono y entonación también fueron claves para que el público lo recordara en roles menos oscuros, como en Realmente Amor y Romeo y Julieta. En ambos filmes, su voz aportaba una serenidad que contrastaba con la intensidad de sus otros personajes, mostrando que la versatilidad vocal de Rickman era igualmente impresionante tanto en el drama como en la comedia romántica.

La ciencia ha hablado: la voz de Alan Rickman es la más perfecta, pero su verdadera magia radicaba en cómo esta voz transformaba el cine y el teatro.