Guillermo Del Toro casi pierde su voz artística gracias a Hollywood pero Pedro Almodóvar lo salvó
Pedro Almodóvar fue el salvavidas que rescató a Guillermo del Toro en su momento más oscuro.
El impacto de Pedro Almodóvar en el cine es innegable. Su nombre no solo es sinónimo de creatividad y transgresión en el ámbito cinematográfico, sino que también es recordado por su profundo amor por el séptimo arte. Esta pasión ha llevado a Almodóvar a apoyar a numerosas películas y cineastas emergentes, consolidándose no solo como un visionario, sino como un verdadero mecenas dentro de la industria. Su rol ha sido clave en impulsar carreras y proyectos, y su influencia sigue viva en cada cineasta que, de una u otra manera, ha sentido su mano amiga.
Guillermo del Toro es uno de ellos y la historia de cómo Almodóvar rescató su carrera es uno de los momentos más significativos de este vínculo.
"Pedro Almodóvar me salvó la vida. Mi verdadera primera película fue gracias a él", confesó Del Toro. La conexión entre ambos comenzó así: el conflicto que casi llevó a Guillermo del Toro a abandonar el cine comenzó con la producción de Mimic de 1997. La experiencia en Hollywood fue devastadora para el cineasta mexicano, ya que los hermanos Weinstein complicaron constantemente su trabajo, imponiéndole restricciones creativas y desprestigiándolo en el medio. La relación se deterioró al punto de que hablaron mal de él en toda la industria, bloqueando oportunidades para sus futuros proyectos.
Sin embargo, años antes de este difícil episodio, Pedro Almodóvar ya había puesto atención en el talento de Del Toro. El director español había visto Cronos en el Festival de Cine de Miami e, impresionado, se acercó a Del Toro para ofrecerle un consejo y una oportunidad invaluable. “Si alguna vez quieres rodar una película en España, llámanos a mí y a mi hermano”, le dijo Almodóvar. Este ofrecimiento, aunque informal en su momento, se convertiría en una tabla de salvación cuando el director mexicano más lo necesitaba.
Fue en ese momento de máxima desesperación que recordó las palabras de Almodóvar y decidió llamar a su amigo para intentar adaptar El espinazo del diablo en España.
“Le presenté el guion, y él me dijo que le parecían tres películas, pero que si creía que se podían juntar en una historia, lo haríamos. Y lo hicimos. Él lo hizo. Fue increíblemente generoso, increíblemente respetuoso, increíblemente amable y hasta el día de hoy, cuando produzco, digo lo mismo que él me dijo. Me dijo: 'si me necesitas, allí estaré. Si no me necesitas, no me verás. Yo no estaré allí'”, relató Del Toro en una entrevista para TIFF.
Almodóvar también le dio la libertad de desarrollar su visión artística sin interferencias. Esta libertad, sumada al apoyo constante del español, permitió a Del Toro crear El espinazo del diablo de la manera que él imaginaba, sin las limitaciones que había experimentado en Hollywood. Esta película representó no solo un éxito, sino una reconexión con su identidad como cineasta.
“Fue una de las experiencias más placenteras de mi vida”, expresó Del Toro. “Me devolvió la vida. Me dije que tenía que recuperar mi voz como cineasta, que había quedado muy dañada con Mimic, y reafirmarme a mí mismo. En ese sentido, considero que El espinazo del diablo es mi verdadera primera película, y fue gracias a él”.