Estas son 5 películas amadas por todos que algunos directores famosos odian

Los directores de cine pueden ser notoriamente duros con sus películas, aunque no es tan frecuente que hablen abiertamente en contra de las obras de otros colegas. Sin embargo, en ocasiones, una cinta ha dejado tan mala impresión en otro cineasta que no ha podido evitar hablar en contra de ella o, de alguna manera, dar a conocer al público su desagrado.

Aunque el uso generalizado de Internet y la cultura moderna han hecho que cada vez más directores expresen sus opiniones en la red, el hecho de que los cineastas se burlen públicamente de la obra de sus contemporáneos no es nada nuevo y se remonta a los primeros tiempos de Hollywood. 

Estas son cinco veces que cinco directores famosos se pronunciaron en contra de películas que todo el mundo ama.

Ingmar Bergman - El ciudadano Kane (1942)

El ciudadano Kane, de Orson Welles, es ampliamente considerada como una de las mejores películas de la historia, pero otro aclamado director, el cineasta sueco Ingmar Bergman, no estaba tan convencido. Al ser preguntado al respecto, Bergman calificó a la película de aburrida y no se privó de explicar por qué. Bergman dijo que la cinta estaba vacía, no era interesante y estaba muerta. "La favorita de los críticos, siempre en lo más alto de todas las encuestas que se hacen, pero creo que es un aburrimiento total", dijo Bergman.

Bergman pensaba que las interpretaciones en El ciudadano Kane "no valían nada" y reiteró que la cantidad de respeto que se ganó la película era "absolutamente increíble". Resulta interesante oír al director  ser tan duro con una producción que consideraba aburrida, ya que su estilo cinematográfico estaba cargado con largas escenas repletas de diálogos y un ritmo lento que también podía parecer aburrido a ciertos espectadores. Sin embargo, Bergman tenía derecho a opinar, ya que, al igual que Welles, está considerado uno de los mejores cineastas de la historia.

Paul Thomas Anderson - El club de la pelea (1999)

El club de la pelea de David Fincher es un clásico de culto, pero un director que se opuso abiertamente a ella fue Paul Thomas Anderson, cuya película Magnolia se estrenó el mismo año. Anderson dijo que sólo había “visto 30 minutos” de la cinta, pero que quería “hacer como si no la hubiera visto”. El director se sintió ofendido por la presentación que la cinta hace del cáncer, ya que el personaje de Edward Norton acudía falsamente a grupos de apoyo, lo que le llevó a declarar: “Le deseo a David Fincher un cáncer testicular, por todas sus bromas al respecto”.

El propio Fincher recordó los comentarios de Anderson años después y, en 2021, declaró que entendía la ofensa que había causado, pero que “no pensaba que nos estuviéramos burlando de los supervivientes o las víctimas del cáncer” y que su película, y la novela de Chuck Palahniuk, trataban sobre el “vampirismo de la empatía”. El director dijo que “si estás en un estado emocional difícil y acabas de pasar por algo importante”, entendía que alguien se sintiera así. Además, añadió que su padre murió de cáncer, y “a mi padre probablemente le gustó El club de la pelea incluso menos que a Paul”.

David Lynch - Dune (2021)

Esto parece tener menos que ver con la adaptación de Dune del director Denis Villeneuve y mucho más con la experiencia personal de David Lynch con la novela de Frank Herbert.  Lynch estrenó su famosa versión de Dune en 1984, pero no tuvo un control creativo completo, no quedó satisfecho con el resultado, le quitaron su nombre y en su lugar le acreditaron como Alan Smithee. Esta experiencia negativa hizo que dijera que “nunca vería” la última versión de la historia de ciencia ficción.

Aunque la versión de Lynch de Dune se estrenó hace 40 años, aún no la ha superado del todo. En una entrevista, dijo: “Ni siquiera me gusta hablar de Dune, la verdad”, ya que cuando permitió que le quitaran el montaje final, sintió que se estaba “vendiendo”. 

John Carpenter - Oppenheimer (2023)

A pesar de recibir elogios generalizados tanto del público como de la crítica, un director que no entendió el hype que se le dio a Oppenheimer fue John Carpenter. El cineasta reveló en una entrevista que pensaba que la película estaba «simplemente bien» antes de añadir «estaba bien». Carpenter se mostró confuso por la buena acogida que tuvo la cinta y declaró: “Todo el mundo la elogia como la película del siglo; yo no estoy tan seguro”.

Andrei Tarkovsky - 2001: odisea del espacio (1968)

El estreno de 2001: odisea del espacio en 1968, supuso un momento de enorme importancia en la historia del cine de ciencia ficción estadounidense, aunque un director que no quedó impresionado fue el cineasta Andrei Tarkovsky, que calificó la película de “falsa”. Tarkovsky discrepó con la descripción que Kubrick hizo de la cinta como una “premonición” y afirmó que, para que una obra de arte sea eficaz, “hay que eliminar lo falso”. El director ruso añadió que los personajes de la película y el examen del progreso tecnológico en la visión de Kubrick equivalían a “un esquema sin vida con sólo pretensiones de verdad”.

Cuatro años más tarde, Tarkovski estrenó Solaris, su propia película pionera de ciencia ficción sobre el hombre y su lugar en el universo. La cinta pretendía aportar una profundidad emocional mayor que la que se había visto hasta entonces en el género, explorando los límites del racionalismo y el poder del inconsciente humano. Tarkovski continuó indagando estas ideas en su posterior obra de ciencia ficción, Stalker.