Estas películas duran 100 minutos pero duelen toda la vida

Estas películas duran 100 minutos pero duelen toda la vida

Cinco películas que te harán sentir que, aunque solo duren 100 minutos, sus tristes recuerdos se quedarán contigo toda la vida.

Martina Ruffo Vicino

El arte tiene una increíble capacidad para tocarnos de maneras inesperadas. A veces, una película nos deja tan impactados que, aunque solo dure un poco más de una hora, se queda en nuestra mente durante días, meses o incluso años. No importa si el tiempo que pasamos viéndola es breve; lo que cuenta es lo que despierta en nosotros, esa sensación que no se va, que nos hace pensar, reflexionar y sentir más de lo que imaginábamos al principio.

El cine tiene esa magia: un momento fugaz puede transformarse en una experiencia que nos acompaña mucho tiempo después de que las luces se apaguen. Las películas más poderosas no siempre necesitan una duración extensa para dejar una huella.

En esta nota exploramos cinco películas que duran 100 minutos, pero cuyo impacto es tan grande que se quedan con nosotros para siempre. 

 La doble vida de Verónica (1991)

Fue la primera película de Kieslowski producida parcialmente fuera de Polonia. Foto: Canal+

La historia de La doble vida de Verónica se centra en dos mujeres, una en Polonia y la otra en Francia, que llevan vidas paralelas pero no se conocen. Ambas parecen estar conectadas por un lazo misterioso que les da una sensación de familiaridad sin que lleguen a entenderlo completamente. A través de la vida de Verónica en Polonia y su doppelgänger en Francia, Krzysztof Kieslowski nos invita a reflexionar sobre el destino, cómo nuestras vidas pueden estar ligadas a otras de formas que no podemos explicar y las decisiones que tomamos y las que no. 

Amour (2012)

La cinta obtuvo 108 nominaciones y 84 galardones, entre ellas el Oscar a Mejor película extranjera. Foto: Teodora Film

Amour es una desgarradora historia sobre una pareja de ancianos, Anne y Georges, quienes deben enfrentar la enfermedad de ella. Cuando Anne sufre un derrame cerebral, su vida y la de su esposo se ven completamente alteradas. Georges, quien siempre fue el protector, se ve ahora en la difícil posición de cuidar a su esposa mientras su salud se deteriora rápidamente. El filme de Michael Haneke no es solo un retrato de la vejez y la muerte, sino también de lo que significa el amor en su forma más pura y difícil, cuando ya no hay esperanza de recuperación. 

Una historia de fantasmas (2017)

Dirigida por David Lowery y protagonizada por Rooney Mara, Casey Affleck. Foto: A24

Una historia de fantasmas narra la historia de un hombre que, tras morir, regresa como un fantasma cubierto con una sábana blanca, permaneciendo en la casa que compartía con su esposa. A lo largo de la película, el fantasma observa el paso del tiempo mientras su amada sigue viviendo en el mismo lugar, sufriendo por su pérdida. A través de planos largos y silenciosos, esta dolorosa película invita al espectador a reflexionar sobre lo que permanece cuando todo lo demás se desvanece.

El hijo de Saúl (2015)

Se exhibió en el Festival de Cine de Cannes 2015 donde ganó el Grand Prix. Foto: Mozinet

El hijo de Saúl nos traslada a la Segunda Guerra Mundial y sigue a Saúl, un prisionero del campo de concentración nazi de Auschwitz, quien trabaja en el Sonderkommando, encargados de limpiar las cámaras de gas tras los asesinatos masivos. La película se enfoca en la misión de Saúl para darle un entierro digno a un niño que encuentra muerto, creyendo que podría ser su hijo. A lo largo de los 100 minutos, el espectador se ve sumergido en la angustia y la desesperación de Saúl mientras lucha por encontrar algo de humanidad en un lugar donde todo ha sido despojado de ella. La película es un retrato brutal de los horrores del Holocausto y la lucha por mantener la dignidad en medio del sufrimiento indescriptible.

Ladrones de bicicletas (1948)

Todos los actores que intervienen en esta película no son profesionales. Foto: Ente Nazionale Industrie
Cinematografiche

Una obra maestra del cine neorrealista italiano que narra la historia de Antonio, un hombre desempleado que finalmente consigue trabajo poniendo carteles por las calles de Roma. Sin embargo, cuando le roban su bicicleta, esencial para su empleo, él y su hijo Bruno emprenden una búsqueda desesperada por recuperarla. Ladrones de bicicletas es una reflexión sobre la pobreza, la desesperación y la relación padre-hijo, mostrando cómo la lucha por la supervivencia puede despojar a las personas de su humanidad. A través de los ojos de Bruno, vemos cómo los pequeños gestos de bondad y amor pueden ofrecer algo de consuelo en un mundo cruel.

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