Crítica de Cónclave: un thriller político disfrazado de drama religioso que interpela al espectador de principio a fin

Crítica de Cónclave: un thriller político disfrazado de drama religioso que interpela al espectador de principio a fin

La nueva película de Edward Berger, Conclave, adapta la novela de Robert Harris para ofrecernos un thriller intenso y político ambientado en el Vaticano.

Magela Muzio

Magela Muzio

Si hay una organización en el mundo que ostenta poder como ninguna otra es la Iglesia Católica. De ese punto parte Cónclave, la nueva película dirigida por Edward Berger, el director detrás del cautivador remake de Sin novedad en el frente, que en 2022 se alzó con el Oscar a Mejor película internacional. En esta ocasión, el director alemán asume un reto diferente con este largometraje, basado en la novela homónima de Robert Harris.

La historia nos transporta puertas adentro del Vaticano. El Papa ha muerto y la urgencia de encontrar un nuevo sucesor apremia, por lo que el Cardenal Lawrence, interpretado por Ralph Fiennes, es el encargado de congregar a los grandes líderes de la Iglesia Católica para llevar adelante un cónclave y así determinar quién será el nuevo Sumo Pontífice. Sin embargo, pronto descubriremos que no solo se trata de una simple votación y cuestiones de la fe, sino que entrarán en juego alianzas políticas, traiciones y una serie de secretos que podrían sacudir los cimientos de la Iglesia.

Además de Fiennes, el resto del elenco se compone de otros reconocidos nombres como Stanley Tucci, John Lithgow, Lucian Msamati, Carlos Diehz, Sergio Castellitto e Isabella Rossellini. Entre ellos, encontramos posturas conservadoras y progresistas, luchas de poder y la presión de mantener las apariencias mientras se toman decisiones polémicas a puerta cerrada. En medio de este fuego cruzado, el cardenal Lawrence (Fiennes) intenta navegar entre sus propias convicciones y la realidad de un sistema donde la moralidad y la política están en constante choque.

Tráiler de Cónclave:

 

Cónclave es una película sobresaliente en muchos aspectos, pero esencialmente por su guion, adaptado por Peter Straughan (Tinker Tailor Soldier Spy), y por la forma en la que está construida su narrativa, contenida y efectiva en cada paso. En 120 minutos de duración, Berger logra encapsular la tensión del proceso de elección papal sin perder el ritmo, pero por sobre todo, manteniendo el suspenso y el misterio, que se va develando a poco y con una serie de giros de tuerca imprevistos, y un final que sorprenderá a más de uno.

A medida que el juego de poder se agranda, la película va planteado algunos temas que desde hace tiempo resuenan puertas adentro de la Iglesia. Tales como los escándalos por abuso sexual, los prejuicios racistas y hasta la jerarquía predominantemente masculina que reina dentro de la religión católica.

Ralph Fiennes interpreta al Cardenal Lawrence. Crédito: Focus Features 

Fiennes brinda una de las mejores actuaciones de su carrera en el rol del cardenal Lawrence, un hombre que comienza a tener dudas acerca de su fe, en parte como consecuencia de todos estos escándalos. Pero cuando su nombre surge como uno de los posibles contendientes a ocupar el rol de Papa, su crisis de consciencia se vuelve aún más intensa. Por su parte, Tucci se luce en su rol de un cardenal estadounidense reacio con ideales progresistas, mientras que Lithgow encarna con maestría a un cardenal canadiense con ansias de poder. Isabella Rossellini, aunque con pocas escenas, tiene un rol breve pero contundente como la hermana Agnes, una monja observadora, y de pocas palabras, pero que duda a la hora de confrontar a los presentes.

Aunque Cónclave se desarrolla en un contexto religioso, su corazón es político. La película plantea preguntas sobre la dirección de la Iglesia en un mundo moderno: ¿cómo mantener la tradición sin volverse irrelevante? ¿Es un cambio real si solo es simbólico? Estas cuestiones resuenan más allá del catolicismo, tocando debates presentes en cualquier institución con estructuras de poder arraigadas.

Isabella Rossellini sorprende con una pequeña pero poderosa presencia en el largometraje. Crédito: Focus Features 

No es una cinta que se inclina por respuestas fáciles, y requiere de cierta atención por parte del espectador, así como la necesidad de que este saque sus propias conclusiones.

La dirección de Berger es sólida y demuestra que sabe sacar adelante lo mejor de su reparto para lograr el efecto deseado. Tampoco se puede dejar de mencionar la contundente fotografía a cargo de Stéphane Fontaine, y la afilada e intrigante banda sonora de Volker Bertelmann, en su quinta colaboración con el director de Sin novedad en el frente. Y por supuesto, grandísimos elogios para el diseño de producción a cargo de Suzie Davies, que recreó con gran exactitud la Capilla Sixtina y la Casa de Santa Marta, aunque esta última con algunas libertades creativas.

Cónclave es un triunfo tanto en el plano actoral como en el apartado técnico. Crédito: Focus Features 

Recientemente se conocieron las nominaciones a los Premios Oscar, en donde Cónclave se alza con 8 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor actor para Ralph Fiennes. Sorprende que la Academia haya dejado de lado a Edward Berger y Fontaine fuera de las categorías de Mejor director y Mejor fotografía, respectivamente. Aunque la película no ha sido una de las más galardonadas durante la temporada de premios, no se puede dejar de decir que reúne todos los condimentos para alzarse con la estatuilla dorada, si es que logra convencer a los votantes de la Academia, quienes parecen haberse inclinado por el voto político hacia Emilia Pérez. 

Con una dirección precisa, actuaciones sólidas y un guion que equilibra el misterio con la política, Cónclave es una apuesta refrescante dentro del género de thrillers, que te sorprenderá con sus revelaciones y con sus cuestionamientos sobre la certeza, la fe y la religiosidad. 

Temas