¿Por qué la escena final de El brutalista ha generado tanto debate?
La cinta se encuentra nominada al Oscar a Mejor película, pero su escena final ha generado debates, y hay varias razones para ello. En la nota te contamos los detalles.
Advertencia: esta nota contiene spoilers sobre la película El brutalista.
El reparto de El brutalista (The Brutalist) está encabezado por Adrien Brody, nominado al Oscar a Mejor Actor por su interpretación de László Tóth, un arquitecto húngaro-judío que fue separado de su esposa durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, emigra a Estados Unidos y logra cierto éxito gracias a un adinerado benefactor, Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce), quien se interesa por su trabajo.
Como muchas películas nominadas a Mejor Película, la cinta ha sido objeto de algunos de los debates más acalorados en el mundo del cine. A pesar de la controversia en torno al uso de IA, ha sido bien recibida por la crítica y el público. Sin embargo, su desenlace ha causado división de opiniones, hasta el punto de que el director, Brady Corbet, ha comentado sobre las diversas interpretaciones que los espectadores podrían darle y a su significado.
Hay mucho que analizar respecto a las escenas finales de El brutalista, que plantean preguntas más amplias sobre el arte y el cine.
¿Qué sucede en la escena final de El brutalista?

El final de El brutalista es, sin duda, una fuente de confusión, ya que las dos últimas escenas presentan un misterio sin resolver seguido de un epílogo distante.
Erzsébet Tóth (Felicity Jones) viaja a Pensilvania para acusar públicamente a Harrison Lee Van Buren de haber agredido sexualmente a su esposo. Van Buren abandona la sala y se revela que ha desaparecido. Tras este momento, posiblemente la escena más dramática y de mayor tensión de la película, el filme se aleja de la mansión de Van Buren sin explicar qué sucedió con él. Dado lo sombrío que era el panorama cuando los espectadores vieron por última vez a László, el hecho de que la escena final lo muestre siendo homenajeado en una prestigiosa ceremonia sugiere un cambio radical en su destino.
A continuación, el epílogo de la cinta muestra a Zsófia pronunciando un discurso en la Bienal en honor a László Tóth, exhibiendo su trabajo arquitectónico de las últimas dos décadas y celebrando su vida. Considerando la situación crítica en la que se encontraba László la última vez que se lo vio, el hecho de que la película termine con un reconocimiento de alto perfil sugiere un enorme giro en su suerte. Zsófia proporciona algo de contexto sobre la carrera de László y su filosofía artística, pero la escena está completamente desconectada de la anterior, dejando muchas preguntas sin respuesta.
La ambigüedad la escena final de ha generado debate

La ambigüedad siempre genera debate entre los espectadores, ya que puede provocar confusión y frustración por elementos narrativos sin resolver. Cuando una película gira en torno a la vida de una persona, como es el caso de László Tóth, es comprensible que el público espere una resolución clara de su historia. Dicho esto, El brutalista no trata solo sobre la vida de un hombre; László Tóth representa a innumerables artistas e inmigrantes que han experimentado dificultades similares, por lo que los detalles específicos de su carrera no son esenciales para la historia.
La frustración por el desenlace intencionalmente confuso es comprensible, pero el objetivo de la ambigüedad no es desconcertar al público, sino permitirle involucrarse con su propia creatividad. En última instancia, no importa qué sucedió con Tóth o Van Buren después de la cinta; lo relevante son los eventos que ocurrieron entre ellos y el proceso de construcción del centro comunitario.
Los vacíos narrativos pueden ser interpretados por cada espectador, lo que hace que la experiencia sea única y estimulante.
¿Qué ha dicho el director sobre el final de El brutalista?

El cineasta habló con Entertainment Weekly sobre el desenlace ambiguo de su película. El monólogo de Zsófia es la mejor fuente de información que los espectadores tienen sobre la carrera de Tóth y su mentalidad respecto al proyecto del centro comunitario, pero no está claro cuánto de ello es simplemente su perspectiva o incluso una interpretación intencionada.
Al respecto, Corbet comentó: "Siempre he estado dispuesto a desglosar ciertos temas para el público en la medida de mis posibilidades, pero nunca los revelo completamente, porque para mí, si lo hiciera, la magia de la película y la conversación en torno a ella dejarían de existir."
Para Brady Corbet, el debate sobre el final de su cinta es fundamental. Si explicara demasiado las escenas finales y su significado, privaría al público de la posibilidad de tener esa conversación y de aportar sus propias interpretaciones y teorías.
Uno de los propósitos principales del gran arte es plantear preguntas que lleven al espectador a reflexionar sobre sí mismo o sobre aspectos del mundo que no conoce. Si Corbet explicara por completo el significado de El brutalista, no estaría formulando preguntas, sino respondiéndolas. La película habla por sí misma.