Jesse Eisenberg está avergonzado de haber interpretado a Mark Zuckerberg en Red Social

A 14 años del estreno de Red Social, Jesse Eisenberg reveló que se siente totalmente avergonzado de haber interpretado a Mark Zuckerberg en la cinta de David Fincher que narra cómo el joven estudiante de Harvard creo Facebook, plataforma que revolucionó internet.

El actor y guionista confesó que no se siente para nada cómodo al ser relacionado con Zuckerberg, luego de que éste se mostrase en la asunción de Donald Trump, avalando el discurso de odio y las polémicas políticas del nuevo presidente de los Estados Unidos.

"No es que hiciera de un gran golfista o algo así y ahora la gente creyera que soy un gran golfista. Es que este tío está haciendo cosas que son problemáticas, quitando la verificación de datos y la seguridad, haciendo que la gente que ya estaba amenazada en este mundo esté más amenazada", expresó en diálogo con Today, programa que se emite por BBC Radio 4.

Y, agregó: "Me preocupo como cualquiera que lee un periódico. No pienso 'Ah, hice de él en una película y por tanto...'. Simplemente soy un ser humano, lees esas cosas y ves que esa gente tiene miles y miles de millones de dólares, más dinero que ninguna persona humana ha amasado jamás. ¿Y qué están haciendo con él? Lo usan para ganarse el favor de alguien que predica un discurso de odio".

"El estudiante de Harvard Mark Zuckerberg se lanza tras una idea que lo impulsa al éxito en internet, pero también le causa problemas legales y lazos rotos", reza la sinopsis oficial de la polémica cinta estrenada en 2010.

Esta no es la primera vez que el actor busca desligarse del empresario, que estuvo en la mira por los datos de los usuarios de Facebook y como la privacidad de los mismos no era tal al descubrirse que la consultora británica Cambridge Analytica recopiló datos de millones de usuarios sin su consentimiento, principalmente para utilizarlos con un fin de propaganda política.

Estos nuevos dichos de Jesse Eisenberg, en los que se aleja aún más de Zuckerberg, fueron realizados en el marco de su visita a Londres para presentar Un dolor real, una de las grandes sorpresas de esta temporada de premios y la que podría darle un Oscar a Kiernan Culkin por su aclamado trabajo.