3 películas psicodélicas para ver esta semana y adentrarte en mundos extraños del cine
Tres películas que te llevan directo a un viaje raro, intenso y lleno de imágenes que se te quedan dando vueltas en la cabeza.

Preparate para dentrarte en esta película.
Film4 ProductionsEl cine tiene la capacidad de transformar lo intangible en imágenes concretas. Un director puede tomar emociones, pensamientos o incluso delirios y darles una forma visual que impacta directamente en el espectador. Entre esos viajes cinematográficos se encuentran las películas que, de una u otra manera, se acercan a lo psicodélico.
No siempre se trata de drogas o alucinaciones directas, sino también de la construcción de mundos donde la realidad se distorsiona, los colores se intensifican y las atmósferas parecen sacadas de un sueño o una pesadilla. Repasamos tres títulos que representan esa experiencia intensa y perturbadora.
Trainspotting (1996)
Dirigida por Danny Boyle, es una de las películas más recordadas de los noventa. Ambientada en Escocia, sigue a un grupo de jóvenes atrapados en la adicción a la heroína. Más allá de la historia, la puesta en escena convierte las secuencias de consumo y abstinencia en un desfile de imágenes psicodélicas, desde inodoros que se convierten en portales hasta habitaciones que parecen derretirse. Un retrato oscuro y estilizado de una generación que buscaba escapar.
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La naranja mecánica (1971)
Stanley Kubrick adaptó la novela de Anthony Burgess y creó una obra que sigue siendo perturbadora décadas después. La película retrata a Alex y su pandilla de drugos, jóvenes entregados a la violencia gratuita. Lo psicodélico aparece en su estética: desde la música clásica que acompaña escenas brutales hasta la decoración futurista y los colores estridentes. Kubrick llevó el concepto de distorsión de la realidad a un nivel tan alto que el film se convirtió en un clásico inevitable.
Terciopelo azul (1986)
David Lynch es sinónimo de lo extraño y esta película es una de las pruebas más contundentes. En un pueblo que aparenta tranquilidad, un joven descubre un misterio que lo arrastra hacia un mundo perturbador. Lynch utiliza contrastes radicales: escenas luminosas y aparentemente inocentes dan paso a pasajes de violencia y perversión, con un lenguaje cargado de simbolismos. El resultado es una experiencia cinematográfica hipnótica e inquietante.