9 películas de terror sobre brujas que son escalofriantes y no tan conocidas
A lo largo de la historia, el cine ha explorado a las brujas como símbolo de poder, miedo y deseo. Un repaso por las películas más escalofriantes.
El cine de terror tiene una larga relación con las brujas. A lo largo de un siglo, estas figuras han sido representadas como demoníacas, sabias, vengativas o simplemente incomprendidas. Desde el expresionismo de los años 20 hasta el horror psicológico actual, las brujas no solo provocan miedo, sino también reflejan el poder, el dolor y la rebeldía femenina frente a una sociedad que siempre las temió.
A continuación, un recorrido por algunas de las películas más fascinantes sobre brujas, donde lo sobrenatural se mezcla con lo humano y cada hechizo deja su marca.
Häxan (1922)
Mucho antes de los efectos especiales y los sustos con música estridente, el cine mudo ya había explorado el poder de la superstición. Häxan, dirigida por Benjamin Christensen, es una joya del cine expresionista que se adelantó a su tiempo.
Presentada como un falso documental, mezcla imágenes documentales, dramatizaciones y simbolismo para explicar la historia de la brujería y cómo el miedo al Diablo moldeó siglos de persecución. Lo más interesante es su enfoque casi científico, ya que hacia el final, el film sugiere que las antiguas creencias sobre posesión y hechicería podrían entenderse como problemas psicológicos. Una idea revolucionaria para 1922.
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En su estreno original, nadie sabía si se trataba de un documental o una pesadilla filmada, Häxan se transformó con los años en una obra de culto, reconocida por su estética gótica y su audacia narrativa.
Black Sunday (1960)
Casi cuatro décadas después, Italia recuperó el mito de la bruja con Black Sunday (La máscara del demonio), ópera prima del maestro del horror Mario Bava. Filmada en un blanco y negro de contrastes violentos, la historia gira en torno a Asa Vajda, una hechicera ejecutada por su propio hermano que regresa siglos más tarde para vengarse de sus descendientes.
La película fue un escándalo en su momento por su nivel de violencia y sus imágenes de tortura, que la llevaron a ser censurada en Reino Unido. Pero más allá del impacto gore, Black Sunday definió la estética del terror gótico europeo y convirtió a Barbara Steele en un ícono del género. Su mirada hipnótica y su doble rol como víctima y monstruo marcaron un antes y un después.
La bruja (2015)
Robert Eggers llevó el género a nuevas alturas con La bruja, una historia ambientada en el siglo XVII donde una familia puritana, desterrada de su comunidad, intenta sobrevivir en los márgenes del bosque. Cuando el bebé de la familia desaparece bajo la mirada de la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy), comienza una lenta espiral de paranoia, fanatismo y desesperación.
Con esta ópera prima, Eggers construye el terror a través del lenguaje, el silencio y la fe. Aquí, la bruja no solo es una amenaza externa, sino una idea que corroe desde adentro. El final, tan inquietante como liberador, sugiere que la verdadera libertad puede estar en aquello que la religión consideró pecado.
Hereditary (2018)
Ari Aster reinventó el terror contemporáneo con Hereditary (El legado del diablo), una pesadilla doméstica donde el horror surge de la herencia y la pérdida. Todo comienza con la muerte de Ellen, una abuela controladora cuya influencia parece seguir viva en su familia. A medida que su hija Annie (Toni Collette) intenta descubrir los secretos de su madre, se revela que Ellen era la líder de un antiguo aquelarre con planes muy concretos para su linaje. Lo que parecía una historia de duelo se transforma en un descenso al infierno, con una atmósfera cada vez más opresiva.
En Hereditary, las brujas no aparecen volando en escobas, pero su poder se siente en cada sombra. El film combina el trauma familiar con la mitología demoníaca para crear un terror tan emocional como sobrenatural.
Suspiria (1977)
Cuando Dario Argento estrenó Suspiria, el público no sabía si estaba viendo una película de terror o una obra de arte alucinógena. La historia sigue a Suzy (Jessica Harper), una joven bailarina que llega a una prestigiosa academia de danza en Alemania, solo para descubrir que el lugar está dirigido por un aquelarre de brujas.
Con su explosión de colores, música perturbadora y muertes coreografiadas, Suspiria redefine el miedo como experiencia estética. Cada plano está pensado como un hechizo visual, con luces rojas, verdes y azules que envuelven la pesadilla.
En 2018, Luca Guadagnino realizó una reinterpretación más política y existencial, pero el original sigue siendo insuperable por su energía visual y su tono febril.
Pumpkinhead (1988)
Entre el terror rural y la fantasía oscura, Pumpkinhead es una de esas películas ochenteras que no necesitan grandes presupuestos para volverse inolvidables.
Dirigida por Stan Winston, maestro de los efectos especiales, cuenta la historia de Ed Harley, un padre devastado por la muerte de su hijo que recurre a una vieja hechicera para cobrar venganza. Ella invoca a Pumpkinhead, una criatura demoníaca que persigue y destruye a los responsables. Pero a medida que el monstruo avanza, Ed descubre que su propio vínculo con la bestia lo condena.
No estarás sola (2022)
El debut del director macedonio Goran Stolevski sorprendió al público con un enfoque poético del mito de la bruja. Ambientada en el siglo XIX, No estarás sola sigue a Nevena, una joven convertida en bruja contra su voluntad que decide experimentar la vida humana desde distintas perspectivas.
La película combina terror, drama y existencialismo con una belleza hipnótica. A través de diferentes cuerpos y experiencias, Nevena busca comprender qué significa ser humana. Más que un relato de horror, es una reflexión sobre la empatía, la identidad y la conexión.
Hellbender (2022)
Filmada por una familia real (las Adams), Hellbender ofrece una visión íntima y moderna de la brujería. Madre e hija viven aisladas en el bosque, unidas por rituales, música y secretos. Pero cuando la adolescente empieza a descubrir sus propios poderes, el equilibrio se rompe.
Con una mezcla de coming-of-age y horror sobrenatural, Hellbender habla de la herencia femenina, la libertad y el miedo a repetir los errores del pasado. Su tono artesanal y su atmósfera natural la convierten en una de las propuestas más originales del terror reciente.
Hagazussa (2017)
Si La bruja mostraba la caída de una familia puritana, Hagazussa se adentra de lleno en la mente de una mujer marginada. Esta producción alemana ambientada en los Alpes del siglo XV sigue a Albrun, una joven considerada bruja por su comunidad.
La película es lenta, casi hipnótica, con una fotografía que parece pintada. Más que contar una historia, construye un estado mental: el del aislamiento, la locura y el miedo a lo diferente. Hagazussa es perturbadora, sí, pero también profundamente humana.