Un actor de Harry Potter asegura que su personaje es racista y trató de reflejar eso con su actuación

Jason Isaacs, quien interpretó a Lucius Malfoy, revela lo poco mágica que fue su experiencia en el set de Harry Potter.

Jason Isaacs interpretó a Lucius Malfoy en la saga 

Jason Isaacs interpretó a Lucius Malfoy en la saga 

Cuando pensamos en Harry Potter, lo primero que nos viene a la cabeza es magia, aventuras y ese toque entrañable que marcó a toda una generación. Pero detrás de cámaras, no todo fue tan encantador. Jason Isaacs, el actor que dio vida al siempre despreciable Lucius Malfoy, acaba de contar su verdad sobre cómo vivió aquellos años en los sets de aquella mega producción.

En una charla reciente en el pódcast Awards Chatter, Isaacs habló de su paso por la exitosa saga. Para él, no se trataba de formar parte de una "franquicia", como suelen llamar a este tipo de producciones gigantescas. Lo suyo, dice, era meterse de lleno en el personaje, incluso si ese personaje era un racista mágico con aires de nobleza y una peluca que gritaba "soy el malo de esta historia".

"Mi trabajo no era estar en una franquicia, sino explicar por qué Draco era como era en Hogwarts", soltó el actor con una sinceridad brutal. Lucius no era simplemente un villano más; era el reflejo de un sistema podrido que se transmitía de padres a hijos. Un tipo frío, cruel, que defendía ideas rancias y peligrosas como si fueran verdades absolutas.

Isaacs, conocido por tomarse cada papel muy en serio, explicó que siempre intenta justificar internamente a sus personajes, por más despreciables que sean. Y en el caso de Malfoy, encontró la raíz en una cadena de paternidades sin amor. "Venía de una larga línea de crianza sin afecto", confesó.

La escena de Harry Potter que lo marcó

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Jason Isaacs junto a Tom Felton y Helen McCrory, quienes interpretaron a Draco y Narcisa Malfoy 

Jason Isaacs junto a Tom Felton y Helen McCrory, quienes interpretaron a Draco y Narcisa Malfoy

Una de las escenas que más lo marcó fue aquella en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 1, cuando Voldemort, interpretado por Ralph Fiennes, lo humilla y le rompe la varita en plena mesa familiar. Para Isaacs, eso fue como una castración simbólica frente a su "familia". Nada de efectos especiales o bromitas entre tomas, lo vivió como una experiencia dolorosa y profundamente seria.

Y aunque mucha gente piensa que rodar películas de ese calibre debe ser lo máximo, él lo ve de otra manera. "No eran tan divertidas de hacer", admitió sin drama. "Es bastante aburrido filmar películas con muchos efectos especiales". Lo que realmente le quedó, y que valora profundamente, es el impacto que estas historias tuvieron (y siguen teniendo) en la vida de millones.

El actor también apuntó contra el uso del término "franquicia", una palabra que le suena más a estrategia de marketing que a arte. Para el intérprete, cada escena era una oportunidad de actuar de verdad, de entregarse, aunque lo que tuviera que interpretar fuera desagradable. "No sé cómo hacer una actuación a medias", dijo.

Así que sí, quizás no todo fue varitas y hechizos en el set. A veces, la verdadera magia está en la honestidad con la que los actores encaran personajes tan oscuros como necesarios. Y Jason Isaacs, sin dudas, lo hizo con todo el peso de su varita… y de su conciencia.