Qué fue del dulce Carlitos de La Usurpadora

Qué fue del dulce Carlitos de La Usurpadora

El tierno niño que interpretó a Carlitos en “La Usurpadora” es ahora todo un hombre. Descubre cómo es que luce actualmente y que ha hecho de su vida.

Redacción QueVer

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El personaje del dulce Carlitos en La Usurpadora fue interpretado por Sergio Miguel, un pequeño niño de tan solo b que con su talento supo ganarse el corazón de todos los televidentes. De hecho, muchas de sus escenas quedaron marcadas por siempre en la memoria de todos.

Pero después de su gran participación en la telenovela a finales de la década del ‘90, de la mano de Gaby Spanic y Fernando Colunga, poco se supo de él, por no decir que pareció que había desaparecido por completo de la faz de la Tierra.

 

El dulce Carlitos se alejó de la televisión

Después de haber sido parte de uno de los mayores éxitos de la televisión mexicanaSergio Miguel fue parte del elenco de Serafín y Carita de Ángel, los últimos dos proyectos de su carrera antes que decidiera retirarse por completo de la actuación en el 2001.

Unos años más tarde, en el 2006, realizó una aparición como invitado junto a Gabriela Spanic en el programa Muévete, en donde recordaron algunas anécdotas de las grabaciones de la telenovela que compartieron.

Después de eso no se lo volvió a ver frente a las cámaras aunque no se alejó por completo del medio. De hecho, en algún momento se llegó a especular y se crearon teorías falsas sobre que el pequeño niño había muerto y que ese era el motivo por el cuál había desaparecido, así como si se lo hubiera tragado la Tierra. Hoy en día, comparte su pasión junto con su pareja, con quien se dedican a ser guionistas de cine. 

 

Comparte toda su vida privada a través de Instagram

La cuenta oficial de Instagram de Sergio Miguel se ha convertido en el canal a través del cual mantiene actualizados a todos sus seguidores. Es ahí que muestra un poco de sus trabajos, de su familia y su vida junto a su novio, Ricardo Avilés, con quien lleva más de 12 años de relación.

Ni la barba ni los años borran los ojos del dulce Carlitos de su cara.

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