Natalie Wood, la actriz que predijo su propia muerte y la forma en que se desencadenó

Desde muy pequeña, Natalie Zacharenko, conocida mundialmente como Natalie Wood, tuvo fascinación por la clarividencia. En una oportunidad, la niña prodigio visitó una vidente para conocer que le depararía el futuro en el ámbito laboral y se llevó una gran sorpresa. La mujer presagió que Natalie se convertiría en una mujer muy bella y con mucho éxito, pero la advirtió de que se mantuviera lejos de las "aguas oscuras". 

Con nominaciones al Oscar y roles protagónicos en grandes clásicos del cine como West Side Story, Rebelde sin causa y Esplendor en la hierba; y una belleza sin igual, la primer predicción se cumplió rápido y, para alegría de Natalie, se mantuvo en el tiempo.

El segundo presagio, parecía esquivarle hasta que el 29 de noviembre de 1981 su suerte dio un giro inesperado y mortífero.

Para ese día, la actriz y su esposo Robert Wagner decidieron salir a dar un paseo en su yate The Splendour (nombrado así en honor a uno de los grandes clásicos de Wood). Junto a ellos, se encontraba Christopher Walken, amigo de la pareja y con quien ella acababa de rodar Brainstorm.

Fue en este espacio en el que ocurrió la tragedia que se cobró la vida de Natalie Wood, que falleció al caer del yate en una situación que nunca quedó del todo clara.

De hecho, fue en 2011, treinta años después de su fallecimiento, que la policía reabrió el caso tras la publicación de un libro de la escritora Marti Rully en el que se aseguraba que en la muerte de la actriz, su esposo estaba plenamente involucrado.

En 2018 los investigadores recalificaron su muerte como "sospechosa" pero sin confirmar, aún, el causante del deceso y la participación de Wagner.

Por su parte, Christopher Walken nunca se refirió al caso y prefiere evitar preguntas que tengan que ver con el momento del que dice no saber ni recordar nada.

Un año antes de morir, Natalie Wood se refirió al terror que le producía el agua, por lo que, queda claro que alguien debió empujarla al mar porque ella nunca lo hubiera hecho por sí sola.

"Siempre me ha dado miedo el agua, aún hoy me lo produce. El agua oscura, el agua de mar, la de río, cualquiera”, expresó.

Un misterio sin resolver, una visión y un declaración que hoy funciona como un presagio, el final de Natalie Wood es digno de una historia de Hollywood, de esas que ella supo protagonizar en su época de mayor esplendor.

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