Final explicado de Mis 84 m²: ¿de qué se ríe Woo-sung tras regresar a su departamento?
La película surcoreana se ha ubicado entre lo más visto de Netflix y sorprende con un final cargado de ironía.
Mis 84 m2 llegó hace unos días a Netflix
El nuevo thriller psicológico de Netflix, "Mis 84 m²" culmina con una explosión que destruye tanto las pruebas como las ilusiones de sus protagonistas. Noh Woo-sung presencia la muerte de Jeon Eun-hwa, la exfiscal corrupta, a manos del periodista vengativo Yeong Jin-ho. La confrontación final en el penthouse revela que ambos antagonistas han manipulado al protagonista desde el inicio. Woo-sung toma una decisión radical que cambiará el rumbo de la historia.
Jin-ho muere desangrado después de estrangular a Eun-hwa, pero no antes de pedirle a Woo-sung que tome el libro contable que prueba la corrupción. El protagonista se niega a seguir órdenes de nadie más. Introduce tanto el registro como los documentos de venta de su apartamento en el horno. Luego abre la llave de gas que Jin-ho había cortado previamente, creando una bomba casera para explotar el departamento.
Mirá el tráiler de la película:
Woo-sung abandona el edificio momentos antes de que el penthouse explote en llamas. La detonación elimina todas las evidencias de los crímenes cometidos por Eun-hwa y Jin-ho. El protagonista colapsa en el exterior, imaginando que todo el complejo habitacional se desmorona. Su visión simboliza el colapso del sistema que lo ha consumido durante años.
La secuencia siguiente muestra a Woo-sung recuperándose en un hospital rural. Su madre lo lleva a Namhae, un pueblo costero tradicional donde ella vive. La casa familiar ofrece tranquilidad y espacio, elementos ausentes en la vida urbana. Los pimientos rojos se secan al sol en la azotea, contrastando con el hormigón gris de Seúl. Sin embargo, este refugio no representa una solución permanente.
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Woo-sung regresa voluntariamente a la capital y se instala nuevamente en su apartamento vacío. Vestido con traje, escucha los mismos ruidos entre pisos que lo atormentaron anteriormente. Esta vez responde con risa, reconociendo que el problema trasciende a individuos específicos. Los sonidos representan la condición humana moderna, donde las personas viven apiñadas en espacios reducidos.
El director Kim Tae-joon plantea una pregunta fundamental sobre los valores contemporáneos. ¿Vale la pena soportar la locura de la vida urbana por la posibilidad de ascender socialmente? ¿O es preferible aceptar la simplicidad rural sin expectativas de progreso económico? La decisión de Woo-sung de regresar sugiere que la ambición humana supera la búsqueda de paz. El filme concluye sin ofrecer respuestas definitivas, dejando que cada espectador reflexione sobre sus propias prioridades.