Frankenstein: los errores que desconciertan a todos en la película de Netflix
La nueva adaptación de Frankenstein cuenta con varios errores que muchos espectadores no pasaron por alto.
Jacob Elordi y Oscar Isaac en Frankenstein.
NetflixLa nueva adaptación de Frankenstein disponible en Netflix cuenta con varios errores que muchos espectadores no pasaron por alto. Uno de los errores más llamativos aparece en la secuencia que muestra al barco atrapado entre gruesas capas de hielo. A lo largo del filme se lo ve completamente inmovilizado, pero en el desenlace la criatura lo libera cuando está a pocos metros del mar abierto, algo que contradice toda la construcción previa del escenario.
Otro de los deslices visuales se encuentra en la toma final. La imagen del monstruo observando el amanecer aparece invertida horizontalmente. Este tipo de errores de montaje sorprende porque altera la composición del plano y genera dudas sobre la continuidad narrativa en una producción de gran presupuesto como la de Netflix.
Mirá el tráiler de la película:
Las fallas de continuidad también afectan a escenas íntimas entre Victor y Elizabeth. En un momento decisivo, ella sale corriendo del laboratorio llevando sólo algunas de sus pertenencias. Sin embargo, en la escena siguiente, Victor recoge objetos que ella no llevaba consigo, lo que evidencia un problema en la supervisión del vestuario. La película suma otro punto confuso cuando la criatura presenta dedos en hueso en una toma, pero luego aparece con las manos completamente regeneradas.
La historia incluye inconsistencias históricas difíciles de justificar. Un ejemplo claro es el viaje de Victor a la Guerra de Crimea, algo inviable por tiempos y distancias en una época sin transporte aéreo. Además, la película muestra experimentos donde un prototipo humano respira sin poseer órganos esenciales, lo que añade más errores al apartado científico del relato.
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En materia de anacronismos, la producción de Netflix introduce elementos que no corresponden al período narrado. El uso de dinamita en 1857 resulta imposible, ya que este explosivo recién se inventó casi una década después. Tampoco encaja el término “big game”, pronunciado por Victor, una expresión que no existía en aquel tiempo. Estos anacronismos minan la ambientación histórica de Frankenstein.
El tramo final presenta otros puntos criticados por la audiencia. Resulta inverosímil que la criatura pueda mover un barco de varias toneladas apoyado sobre hielo resbaladizo, algo físicamente inviable. También se observa un vacío argumental cuando su ropa queda intacta tras la explosión de un cartucho de dinamita. Para muchos fanáticos, estos errores alejan aún más la película del espíritu original de Frankenstein, incluso llevando al personaje hacia una dimensión casi sobrenatural que desentona con la obra clásica.




