La verdadera historia de Edward Guinness, el magnate que inspiró la exitosa serie de Netflix
Netflix estrenó hace unos días La casa Guinness, una producción que explora la vida de Edward Guinness y su compleja personalidad.
Edward Guinness en la serie de Netflix
NetflixLa nueva serie de Netflix, La casa Guinness (House of Guinness), ha despertado el interés del público por la poderosa familia irlandesa que dio origen a una de las cervezas más famosas del mundo. Creada por Steven Knight, la mente creativa detrás de Peaky Blinders, la producción retrata a los herederos del legendario Benjamin Guinness en su lucha por mantener el legado familiar. Entre ellos destaca Edward Guinness, un personaje tan enigmático como brillante, que marcó un antes y un después en la historia de la empresa.
El heredero que transformó una empresa familiar en un imperio mundial
Edward Guinness, nacido en 1847, fue el tercer hijo de Benjamin Guinness. Educado en casa y luego en el Trinity College de Dublín, asumió la dirección de la cervecería tras la muerte de su padre en 1868. Con solo 29 años, compró la parte de su hermano Arthur por £600.000, convirtiéndose en único dueño del negocio. Su visión lo llevó a colocar dos tercios de la compañía en la Bolsa de Londres en 1886, una decisión que multiplicó el valor de Guinness y lo transformó en el hombre más rico de Irlanda. La serie de Netflix refleja parte de esa ambición, aunque añade dramatismo al retratarlo como un líder obsesivo y competitivo.
Mirá el tráiler de la serie:
El creador del ícono: el nacimiento de la modernidad Guinness
Durante su gestión, Edward Guinness modernizó la marca y consolidó su identidad visual. Fue él quien impulsó el rediseño del logotipo, incorporando el arpa irlandés que aún distingue a la cerveza Guinness en todo el mundo. Además, fue el responsable de construir el Guinness Storehouse, hoy uno de los principales atractivos turísticos de Dublín. En La casa Guinness, este período se representa como el punto más alto de su liderazgo: un momento en el que la visión empresarial y la identidad cultural irlandesa se fusionan bajo su mando.
El filántropo detrás del empresario
Más allá de su fortuna, Edward Guinness fue un destacado filántropo. Donó cerca de un millón de libras a proyectos de vivienda popular, lo que dio origen al Guinness Trust en 1890, más tarde conocido como Iveagh Trust. Esta iniciativa todavía proporciona más del 10% de la vivienda social en Dublín. Su generosidad también alcanzó a la ciencia: aportó fondos al Lister Institute, al Radium Institute de Londres y a edificios de física y botánica en su antigua universidad. El título de Conde de Iveagh, que obtuvo en 1891, fue un reconocimiento a su compromiso con la sociedad irlandesa.
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Un perfeccionista al límite: el verdadero Edward Guinness
Según la biografía The Guinnesses: The Untold Story of Ireland’s Most Successful Family, Edward era meticuloso hasta la obsesión. Registraba cada gasto y buscaba constantemente superar a su hermano Arthur. Esa rivalidad se refleja con fuerza en La casa Guinness, donde los guionistas intensifican el conflicto para darle un tono casi mitológico. En la ficción, su carácter frío y calculador lo convierte en el contrapunto perfecto de sus hermanos, humanizando a un hombre que, en la realidad, fue tan exigente consigo mismo como con los demás.
El legado eterno de La casa Guinness y su impacto en la cultura
Edward Guinness falleció en 1927, a los 79 años, dejando tras de sí una fortuna y un legado imborrable. Su visión empresarial y su compromiso social definieron el destino de una marca que trascendió fronteras. Hoy, gracias a Netflix y su serie La casa Guinness, nuevas generaciones descubren la historia de un hombre que convirtió la pasión cervecera de su familia en un símbolo nacional e internacional. El final de la primera temporada deja abierta la posibilidad de seguir explorando la vida de los Guinness, una dinastía donde el poder y la tradición fermentan con la misma fuerza que su célebre cerveza.




