Monstruo: La historia de Ed Gein explora el lado más trágico de Anthony Perkins, el actor de Psicosis
La nueva entrega de Monstruo en Netflix mezcla la vida del asesino Ed Gein con la trágica historia de Anthony Perkins, el actor de Psicosis.
El actor Joey Pollari interpreta a Anthony Perkins en Monstruo: La historia de Ed Gein.
NetflixLa tercera temporada de Monstruo en Netflix ha demostrado ser una de las más oscuras y perturbadoras de toda la antología creada por Ryan Murphy e Ian Brennan. Monstruo: La historia de Ed Gein tiene a Charlie Hunnam en el papel del infame Ed Gein, conocido como el "carnicero de Plainfeld", un hombre cuyos macabros crímenes inspiró la creación de personajes como Norman Bates en Piscosis, y Leatherface en La masacre de Texas.
Pero más allá de mostrar los aberrantes hechos de Gein, la nueva temporada muestra en cómo la fascinación en torno a su persona influyó buena parte de la cultura popular de Estados Unidos y Hollywood tomó ventaja de ello. Pero más allá del personaje de Norman Bates, la serie se detiene en la figura de Anthony Perkins, el hombre que interpretó a Bates en Psicosis de Alfred Hitchcock.
En Monstruo: La historia de Ed Gein, la ficción se entrelaza con la historia del cine. Ed Gein convive con versiones dramatizadas de Alfred Hitchcock (Tom Hollander) y Perkins (Joey Pollari), en una trama que expone tanto la génesis de Psicosis como el costo psicológico de protagonizar uno de los personajes más perturbadores del séptimo arte.
El peso de ser Norman Bates en Psicosis
La serie muestra a Perkins atrapado entre la fama y el estigma. Tras el éxito de Psicosis en 1960, su rostro quedó asociado para siempre con el asesino reprimido que idolatraba a su madre. Murphy y su equipo exploran ese punto, pero mostrando cómo Perkins fue un prisionero de su propia represión.
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El actor, que en la vida real mantuvo relaciones con hombres como Tab Hunter y el bailarín Grover Dale, nunca habló abiertamente de su orientación sexual. Eran los años del puritanismo hollywoodense, donde ser gay podía significar el fin de una carrera. Monstruo sugiere esa tensión constante, mostrando a Perkins dividido entre su deseo y la presión por mantener una imagen aceptable para los estudios y el público.
Décadas más tarde, su hijo Oz Perkins, director de la recientes Longlegs y The Monkey, reconocería en una entrevista que en casa nunca se habló de la sexualidad de su padre. "Lo sorprendente fue que no fue una sorpresa, ¿verdad? Lo sorprendente fue que no nos hubieran hablado al respecto", dijo en 2024.
Uno de los pasajes más impactantes de la serie ocurre cuando Perkins busca ayuda psicológica tras rodar una escena de Psicosis. Allí se encuentra con la terapeuta Mildred Newman, interpretada como una defensora de la infame "terapia de conversión". En el guion, el actor confiesa sentirse "monstruoso" por su deseo, y la psicóloga le ofrece tratamientos que van desde electroshock hasta lobotomías.
Aunque no se sabe si esa escena fue literal, sí está documentado que Perkins se sometió a terapias de conversión poco antes de casarse con la actriz y fotógrafa Berry Berenson en 1973. Juntos tuvieron dos hijos, pero la huella de aquella represión personal quedó grabada para siempre.
Hitchcock, el espejo del monstruo
Murphy tampoco enaltece la figura de Alfred Hitchcock. La serie lo retrata como un genio manipulador que reconoció en Perkins la misma oscuridad que escondía Norman Bates. "Te elegí porque tú y él son iguales", le dice el director en una escena de la tercera temporada.
Aunque es muy probable que ese intercambio sea completamente inventado para la serie, sugiere que el director sabía que Perkins comprendía íntimamente al personaje. La película de 2012, Hitchcock, como los testimonios de la época refuerzan esa idea, destacando que el director veía en Perkins una mezcla de vulnerabilidad y amenaza, perfecta para dar vida al asesino más célebre del cine.
Asimismo, la serie recrea la famosa escena de la ducha que escandalizó a las audiencias en 1960. Hay más violencia, más desnudez y un enfoque que rompe la cuarta pared, ya que el horror no es solo lo que vemos, sino el hecho de que seguimos mirando.
El productor Max Winkler explicó a Variety que esa fue la intención. "Queríamos que el espectador se sintiera parte del problema, porque nosotros también lo somos. La cultura del true crime y del horror vive de monetizar a los monstruos reales".
En un momento clave, Ed Gein mira directamente a cámara y sentencia: "El que no puede dejar de mirar eres tú". La frase funciona como un espejo para el público, pero también como una declaración de principios de Murphy y su equipo. En una industria que vive de revivir traumas, Monstruo: La historia de Ed Gein se atreve a preguntarse quién es el verdadero monstruo.





