Netflix: final explicado de Los secretos que ocultamos, la serie de la que todos hablan
Repasamos los detalles del inesperado desenlace de la miniserie danesa que se ha ubicado entre lo más visto de Netflix.
Los secretos que ocultamos sorprende con su despiadado final
La aclamada miniserie danesa "Los secretos que ocultamos", estrenada en Netflix el 15 de mayo, concluye con un desenlace tan perturbador como su premisa inicial. La trama, que comienza con la desaparición de Ruby Tan, una joven niñera filipina que trabaja en uno de los barrios más exclusivos de Dinamarca, termina exponiendo las terribles consecuencias del privilegio y la desigualdad social. El cuerpo de Ruby es encontrado en un puerto local, confirmándose su embarazo de entre cinco y ocho semanas, resultado de una violación que nunca obtuvo justicia.
La investigación liderada por la oficial Aicha Petersen inicialmente apunta hacia varios sospechosos adultos, incluyendo al esposo de la protagonista Cecilie y al padre de la familia Hoffmann donde trabajaba Ruby. Sin embargo, el giro más impactante llega cuando se descubre que el verdadero responsable de la violación es Oscar, el hijo menor de edad de los Hoffmann, quien grababa a las mujeres sin su consentimiento y compartía los videos en un grupo con sus compañeros de clase. La policía allana la casa de los Hoffmann para incautar dispositivos electrónicos, pero Katarina, la madre de Oscar, ya había eliminado cualquier evidencia incriminatoria.
Mirá el tráiler de la serie Los secretos que ocultamos:
El sistema de justicia muestra sus fallos cuando el caso queda prácticamente cerrado como un suicidio, a pesar de las dudas razonables sobre esta conclusión. Al ser menor de 15 años, Oscar no puede ser interrogado formalmente, y sin pruebas concretas del delito, la responsabilidad legal queda en un limbo. Rasmus Hoffmann, el padre de Oscar, llega incluso a sugerir que si hubiera existido una relación entre Ruby y su hijo, la culpable sería ella por mantener contacto íntimo con un menor, invirtiendo perversamente la dinámica de poder que caracterizaba su relación empleador-empleada.
La serie alcanza su punto culminante cuando Cecilie confronta a su amiga Katarina sobre la noche de la desaparición de Ruby. En un diálogo cargado de tensión en un puente de la propiedad de los Hoffmann, Katarina insinúa su posible participación en la muerte de la joven filipina al preguntar retóricamente "¿Y qué si lo hice?". Esta conversación revela dos visiones opuestas de la maternidad: mientras Cecilie educa a sus hijos en valores de equidad y responsabilidad, Katarina admite criar a su hijo para "luchar por sus privilegios", sugiriendo que haría cualquier cosa para protegerlo.
Te podría interesar
El desenlace deja deliberadamente sin resolver si Ruby fue asesinada por Katarina o si se suicidó tras descubrir su embarazo producto de una violación. Lo que queda claro es que la justicia no alcanza a Oscar, quien lejos de enfrentar consecuencias por sus actos, es enviado a un internado para alejarlo de los "problemas". Este final abierto subraya el mensaje central de la serie sobre cómo el poder y el privilegio pueden manipular la justicia y silenciar a las víctimas más vulnerables, especialmente cuando son trabajadoras migrantes en situación precaria.
A pesar de haber sido anunciada como una miniserie de seis episodios, el final ambiguo y las preguntas sin respuesta han generado especulaciones sobre una posible segunda temporada. Los espectadores quedan a la espera de un anuncio oficial de Netflix que confirme si habrá continuación para resolver los cabos sueltos relacionados con el crimen de Oscar y descubrir definitivamente quién fue responsable de la muerte de Ruby.