Netflix: última oportunidad para ver este western moderno de uno de los directores más aclamados del cine
Antes de que se despida del catálogo de Netflix, no te puedes perder la película más salvaje y desquiciada de la filmografía de Quentin Tarantino.

El filme es considerado uno de los mejores western de la historia del cine
Sony PicturesHay géneros que nunca pasan de moda, pero necesitan un buen sacudón cada tanto. El western, con su polvo, su código de honor y sus duelos al sol, tuvo su época dorada y luego se volvió casi una reliquia. Pero cada tanto aparece alguien que toma los elementos clásicos y le agrega una dosis de estilo moderno, ironía y violencia desatada.
Uno de esos ejemplos es Django sin cadenas (Django Unchained) , el western de Quentin Tarantino estrenado en 2012, que agarró todo lo que nos gusta del género, lo filtró por su propio universo cinematográfico y lo convirtió en una experiencia brutal, incómoda, y por momentos gloriosamente absurda.
Disponible todavía en Netflix, esta joya del director de Pulp Fiction es de esas que vale la pena ver (o volver a ver) antes de que desaparezca del catálogo.
Un western como nunca viste
La historia arranca en Texas, dos años antes de la Guerra Civil, cuando un grupo de esclavos encadenados es interceptado por el excéntrico Dr. King Schultz (Christoph Waltz), un dentista alemán devenido en cazarrecompensas. Schultz está buscando a los hermanos Brittle, y necesita la ayuda de un esclavo llamado Django (Jamie Foxx), que los conoce bien. El trato es simple: libertad a cambio de cooperación.
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A medida que Django y Schultz recorren el sur profundo cazando criminales, el vínculo entre ellos crece. Pero Django tiene como objetivo rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), vendida como esclava a Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), un sádico y refinado terrateniente que regentea una plantación conocida como Candyland. Para infiltrarse en su mundo, Schultz y Django elaboran un plan que los lleva directo al corazón del infierno esclavista.
Como toda película de Tarantino, el elenco no decepciona. Jamie Foxx interpreta a un Django implacable, silencioso y con una mirada que lo dice todo, mientras que Christoph Waltz, quien ya había ganado el Oscar por Bastardos sin gloria, repite con otro personaje encantador y peligroso, lleno de palabras elegantes y disparos certeros. Pero el que se roba cada escena es Leonardo DiCaprio, en un rol totalmente opuesto a lo que venía haciendo. Su Calvin Candie es magnético y repulsivo a la vez. Samuel L. Jackson, como Stephen, el esclavo más manipulador y siniestro de la plantación, es otro que brilla con un personaje incómodo y memorable.
Tráiler de Django Unchained:
Fiel a su estilo, Tarantino apuesta por un guion cargado de tensión, humor negro, explosiones de violencia repentinas y referencias cinéfilas por todos lados. Django sin cadenas se inspira en el spaghetti western italiano, especialmente en Django (1966), de Sergio Corbucci. Incluso Franco Nero, el actor original, tiene un cameo simpático. La música también juega un papel clave. La banda sonora mezcla temas originales con clásicos de Ennio Morricone, hip hop y soul, logrando un combo tan anacrónico como efectivo.
En su estreno, la película fue un éxito de taquilla, recaudando más de 425 millones de dólares a nivel mundial, y se llevó dos premios Oscar a Mejor Guion Original para Tarantino y Mejor Actor de Reparto para Waltz. La crítica la recibió con entusiasmo, aunque no sin alguna que otra controversia de por medio. Algunos elogiaron su valentía al retratar el racismo brutal del sur esclavista; otros cuestionaron si no caía en la explotación de ese mismo dolor. Lo cierto es que nadie quedó indiferente.
Django sin cadenas es cine de autor con alma de blockbuster. Es un western moderno que no le teme a la exageración ni al humor negro. Si todavía no la viste, aprovecha que estará disponible en Netflix hasta el próximo 30 de junio.