Inventando a Anna: la dura crítica de una ex amiga de Anna Sorokin contra la serie de Netflix

Desde su estreno el pasado viernes 11 de febrero Inventando a Anna (Inventing Anna) se posiciona como lo más visto de Netflix. La serie está basada en la increíble historia de Anna Sorokin, una joven rusa que se hizo pasar por una heredera alemana llamada Anna Delvey mientras vivía en Estados Unidos.

Al igual que muchos otros, Netflix encontró fascinante la historia de Anna, por lo que decidió llevar a la pantalla en una serie creada por Shonda Rhimes y protagonizada por Julia Garner, Anna Chlumsky, Katie Lowes, Alexis Flyod, y Laverne Cox. Si bien la mayor parte de la serie está inspirada en una historia real, ya que se basa en el artículo del New York Times, "How Anna (Sorokin) Delvey Tricked New York's Party People", escrito por Jessica Pressler, otros aspectos están ficcionados.

Esto ha llevado a muchos a preguntarse qué tan verdaderos son los acontecimientos contados en Inventando a Anna. En muchos aspectos, la serie busca dramatizar y hasta glamourizar los delitos cometidos por Anna para alcanzar esa vida de glamour y reconocimiento. Si bien la ficción muestra el presente de Anna siendo sometida a juicio y encarcelada en la prisión Riker, los flashbacks de su vida pasada a menudo muestran su accionar como una especie de hazaña que le permitió ascender en la esfera social y conquistar una vida llena de lujo, fama y dinero.

Esto no ha dejado a todos satisfechos con el retrato de Anna, en especial a Rachel Williams, quien fue amiga de Anna, pero también fue víctima de sus actos criminales. Williams era periodista de la revista Vanity Fair cuando conoció a Sorokin. En 2018, publicó un artículo en la revista llamado “My Bright-Lights Misadventure with a Magician of Manhattan” y en 2019 publicó un libro llamado My Friend Anna (Mi amiga Anna), donde narra con detalle cómo fue su experiencia con la joven, incluyendo un viaje a Marruecos que la dejó con una deuda de más de 60 mil dólares.

En los últimos días, Williams publicó un ensayo en Time Magazine en donde critica a la reciente ficción de Netflix por "compensar los crímenes de Delvey". Asimismo, manifestó su rechazo al retrato que se hace sobre su persona, interpretada por Katie Lowes y descrita como "una seguidora nata cuya ciega adoración por Anna casi destruye su trabajo, su crédito y su vida".

Williams comienza su escrito relatando que pasaron más de cuatro años desde que ayudó a la policía a montar una operación para arrestar a su ex amiga, la estafadora Anna Sorokin. Incluso cuenta que testificó en su juicio, tras haber quedado con una abultada deuda, luego de pagar un viaje todo pago a Marruecos.

"Millones verán cómo Anna es retratada como una compleja antiheroína que lucha contra sus demonios personales en un mundo que constantemente subestima a las mujeres jóvenes. Será visto por más personas de las que conocerán a Anna o harán el trabajo de comprender su verdadera naturaleza o lo que realmente sucedió. Y esa es una realidad peligrosa", escribe Williams.

También esgrime una mordaz crítica hacia el accionar de los medios de comunicación y la representación mediática que se hizo de Anna. Principalmente el haberle dado un micrófono para contar su historia, en las que trata de justificar su comportamiento delictivo como una forma de "arte elevado".

"Si tus crímenes son lo suficientemente llamativos, una compañía de medios podría arrebatarle los derechos de su historia antes del juicio para que pueda pagar el abogado de su elección, uno lo suficientemente capacitado para minimizar su pena. Se le podría pagar tanto dinero que, incluso después de que se congelen sus fondos y se pague a las víctimas, le quede dinero", continúa Williams, dejando en claro que al final del día, si la fama es lo que se busca, esa persona habrá creado una "marca" y habrá encontrado una audiencia a la cual dirigirse.

En abril de 2019, Sorokin fue encontrada culpable de estafar a bancos, hoteles y otras instituciones por una suma de más de 200 mil dólares. En el mes de mayo de ese mismo año, Anna fue condenada a una pena de 4 a 12 años de prisión. Durante el juicio, fue encarcelada en Rikers Island y luego fue trasladada correccional de Albion. El 11 de febrero de 2021 quedó en libertad, pero en marzo fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) por haber sobrepasado la duración de su visado. 

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