A 48 años del estreno de una de las películas más aterradoras de la historia

Se sabe que a lo largo de la historia de un arte tan popular y amplio como el cine, muchas películas marcan un quiebre, un giro en las formas o una particular estética que, más allá de cuánto se pueda replicar, quedan grabadas para siempre en la historia del cine. 

Una de ellas, sin dudas, es The Texas Chain Saw Massacre, la película de terror de 1974 que se considera como un verdadero clásico. 

Hay una multiplicidad de elementos que justifican su trascendencia. Primero, por supuesto, es la tremenda historia que cuenta. La película trata sobre un grupo de amigos que viajan hacia la tumba del abuelo de dos de ellos porque según reportes, la misma había sido profanada. Sin embargo, al llegar al lugar, descubren que no es así, y al volver se quedan sin gasolina. Debe quedarse en una misteriosa casa donde comienzan a ser perseguidos y asesinados por un misterioso personaje. 

La brutalidad de las escenas, el sanguinario villano del film y los excesos colocaron a esta película en una sorpresa absoluta en el año de su estreno, sobre todo teniendo en cuenta que en la década del 70 el cine estadounidense todavía conservaba cierto límite en sus película, cierta resaca del famoso Código Hays. Incluso The Texas Chain Saw Massacre llegó a ser prohibida en algunos cines del país, por su explícita violencia. 

Pero no había mucho por hacer, la película estaba destinada a causar impacto y dejar su huella. Además, parte de la promoción de la película consistió en comentar que se inspiraba en hechos reales, partiendo del asesino Ed Gein, un hombre de Wisconsin que profanó tumbas y diseccionó a sus víctimas, entre otros horrores. Sin embargo, su influencia en la trama de la película es mínima, por lo que puede haber surgido apenas como una inspiración.

The Texas Chain Saw Massacre creó, además, un subgénero dentro del terror. Sumado a las mencionadas escenas explícitas, el personaje tosco, bruto y casi sin cara fue un sello que se replicó incontables veces. Su estilo dió inicio a lo que unos años después comenzaría a conocerse como cine slasher. 

Por si fuera poco, la película fue producida con apenas 140 mil dólares, que si bien al valor de hoy sería un número nominalmente mayor, no dejaba de ser un presupuesto pequeño para una película en EEUU. Los ingresos del film fueron de aproximadamente 30 millones de dólares, demostrando así su éxito comercial.

Su legado en la historia no se limita a que la recordemos año tras año (que no es poco), sino también a la creación de una franquicia de películas, videojuegos, remakes e inspiraciones en directores de la talla de Ridley Scott. Nada sería lo mismo si Tobe Hooper, su director, no ponía en marcha este clásico inolvidable. 

Para quienes no conozcan la película, o aquellos que deseen volver a verla, se encuentra disponible en Prime Video. 

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