El clásico animado que es una de las películas favoritas de Steven Spielberg

Steven Spielberg es uno de los realizadores más reconocidos de la actualidad. Su prolífica carrera ha regalado éxitos como ET, Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, Jurassic Park y muchas otras más. 

Como todo maestro del cine, su pasión no se reduce simplemente a realizar películas, sino que es todo un cinéfilo, admirador de otros directores y una persona que ha visto una gran cantidad de películas de distintas épocas y estilos. 

Hay muchos directores que han servido de inspiración para los actuales realizadores, como Orson Welles, Hitchcock, Bergman o Fellini, sin embargo para Spielberg una de las mejores películas de la historia, o por lo menos de su favorita, es sorpresivamente un clásico infantil animado. 

Se trata de Dumbo, la película de Disney que narra la historia de un elefante con orejas muy grandes que le permiten volar. Este film infantil es sin duda una de las películas más llamativas de la historia de Disney, por su contenido que roza lo psicodélico. 

La misma trata sobre este elefante que con sus particulares orejas es objeto de burla de los demás paquidermos del circo en el que viven. Sin embargo, posee el talento oculto de poder volar, aunque el descubrimiento de eso mismo lo transite por momentos de inseguridad y tristeza al ser alejado de su madre. 

Con apenas 64 minutos de duración, la película estrenada en 1941 es una de las más cortas de Disney, siendo además un claro ejemplo de éxito comercial, ya que apenas costó la mitad o hasta un tercio de lo que salían otras películas animadas de la época, como Pinocho o Fantasía. 

Spielberg es un director que se caracteriza por nunca encerrarse en un género o estilo, por lo que incluir a una película de esta índole dentro de sus favoritas no es del todo una sorpresa. Sí llama la atención porque en general los grandes realizadores no eligen a la animación como su forma favorita de películas. 

Un ejemplo más de cómo el cine tiene su grado de subjetividad, y cada uno puede apreciar cosas en películas más allá de lo que pueda pensar la mayoría. Y es probablemente una de las mayores virtudes de Spielberg, que ha hecho cine sin prejuicio alguno y así se ha transformado en uno de los mejores directores de los últimos 40 años. 

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