A 30 años de la película con la que Quentin Tarantino cambió el cine

A 30 años de la película con la que Quentin Tarantino cambió el cine

Reservoir Dogs se estrenó en 1994, y un joven Tarantino, de apenas 31 años, le demostraba al mundo que tenía mucho para contar.

Redacción QueVer

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Es 1994, y en EEUU se hace lugar en las salas de cine una pequeña película independiente con algunos actores de renombre. Harvey Keitel, Steve Buscemi, Tim Roth, entre otros. La dirige Quentin Tarantino, un joven ex empleado de videoclub que se estrena como director. 

Hasta allí, quizás, una anécdota más de las que suelen suceder en un mercado tan agitado como el del cine en EEUU, una de las naciones con mayor producción en el mundo, junto con la India. 

El tema es que Reservoir Dogs no fue, para nada, un estreno más. Esta película, que trataba sobre un grupo de ladrones que intentaban un golpe a un banco con un resultado fallido, se desenvolvía principalmente en una sola locación, a plena luz del día, y sus escenas frenéticas eran más bien escasas. 

Un elenco plagado de grandes actores 

Pero había alguien detrás de todas esos detalles que podía convertirlo todo en una majestuosa y única puesta en escena. Ese joven Quentin Tarantino, cinéfilo absoluto, conocedor de miles y miles de películas de todo tipo, amante del spaghetti western, creaba una película con diálogos interesantes y, originales y divertidos. Creaba tensión desde lo más chiquito y saltaba a lo más sangriento casi sin pausa. Demostraba ante todo que el cine tiene el poder de transmitir sin demasiada parafernalia. 

Es cierto, el Tarantino que le siguió fue mucho más caótico, hasta The Hateful Eight no volvió a aplicar una historia que se desenvuelva en un sólo espacio. Pero Reservoir Dogs daba cuenta indudable de que no era una ópera prima más. La prensa quedó absolutamente impactada por este film, la aceptación fue casi unánime de parte del público. 

Con el tiempo quizás haya quedado opacada por otros éxitos como su sucesora Pulp Fiction, o la violencia de Kill Bill, pero si en la austeridad o en lo pequeño se puede crear semejante trama, violencia, tensión y giros constantes, entonces Reservoir Dogs no puede dejar de considerarse como uno de los mayores logros del director. 

Por si fuera poco, el elemento musical de la película también hace su aporte y se asoma como otro de los sellos del cine de Quentin. Clásicos de los 60,70 y 80 se entremezclan con una historia que se va desvelando pero que jamás se deja ver por completo. Nos regala la opción de imaginar detalles que quizás en algún momento muestre, de elaborar teorías que se van desarmando, de finales que parecen obvios y que no resultan. Un manejo de la información propio de un guionista prodigioso.

Reservoir Dogs se develó ante todos en 1994, y una nueva forma de hacer cine lo hizo con ella.  

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