La improvisación de Dustin Hoffman en una de sus mejores películas

Dustin Hoffman es uno de los actores de mayor éxito y reconocimiento de las décadas del 70 y 80 en el cine de Hollywood. Hoy en día, algo más alejado del éxito absoluto, de las primeras planas y de la alfombra roja, continúa siendo uno de los más reconocidos, y un faro para muchos aspirantes a actores alrededor del mundo. 

Entre sus grandes éxitos se encuentran clásicos como El Graduado,  Kramer contra Kramer, Tootsie, Rain Man y decenas de películas más en la que demostró un talento y carisma único, haciéndolo de merecedor de dos Premios Óscar en el año 1979 y 1988, entre 7 nominaciones al premio más prestigioso para la carrera de un actor. 

Tras varios años de pocas apariciones, una buena noticia sacudió a los cinéfilos más nostálgicos, al haberse confirmado su participación en Megalópolis, la película del gran Francis Ford Coppola que es una de las apuestas más fuertes de los últimos años. 

Entre la mencionada filmografía de Dustin, hay una de las películas en las que entregó su mejor papel: Midnight Cowboy, dirigida por John Schlesinger y estrenada en 1969. Allí representó a Rico "Ratso" Rizzo, un hombre nacido perdedor en las partes más oscuras de Manhattan, que estafa al joven Joe Buck, introduciéndolo así a la verdadera cara de la ciudad de Nueva York. Luego, construirán una de las relaciones más significativas de esos años de Hollywood. 

El rodaje de esta película tuvo una extraña situación, en la que Dustin Hoffman casi es atropellado por un taxi que, en medio de la filmación, se “coló” entre los autos contratados para aparecer en la película y no sabía que el transeúnte que pasaba cruzando sin mirar era nada menos que Dustin Hoffman participando de una película por la que luego sería nominado al Óscar. Y probablemente parte de esa nominación haya sido por la naturalidad con la que encaró este personaje tan complejo. 

Resulta que Dustin estaba cruzando la calle, hablando con el personaje de Jon Voight, mientras caminan por las calles de Manhattan y él le está explicando algunas cosas. Mientras camina con su particular rengueo, un taxi frena a unos centímetros del actor, toca bocina, y Dustin lo insulta. Lo que parecía algo premeditado, en realidad fue un auto que no formaba parte del rodaje, se “coló en la escena y casi atropella a los actores, que cruzan casi sin mirar. Lo más sorprendente es la naturalidad con la que el actor reacciona y cómo sigue en personaje, incluso llegando a cerrar la situación diciendo “No te preocupes por eso, de hecho es una buena manera de cobrar el seguro”. 

Sin dudas una clase magistral de cómo usar los imprevistos a favor, y de porqué es considerado una de las grandes leyendas vivas del cine de Hollywood. 

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