Crítica de Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore

La saga de Animales Fantásticos ha vuelto a la carga con una nueva entrega. Sin embargo, la esperadísima nueva entrada al Mundo Mágico continúa enfrentando un problema fundamental: y es no poder recuperar esa magia que hizo a la saga de Harry Potter única.

La última entrega de la franquicia de Fantastic Beasts vuelve a contar con David Yates detrás de cámaras, quien estuvo al frente de los últimos cuatro largometrajes de Harry Potter, y de las primeras tres películas de Animales Fantásticos, que tenía previsto una saga de cinco películas.

Animales Fantásticos 3 ha tenido una difícil llegada a los cines, ya que no solo se vio afectada por la pandemia, sino por problemas en torno a sus integrantes, tanto delante como detrás de cámaras. No hay que olvidar que el estudio decidió remover a Johnny Depp, quien interpretaba al villano Gellert Grindelwald, debido a las denuncias por abuso doméstico en su contra. También está Ezra Miller, quien recientemente enfrentó una serie de problemas legales, y J.K. Rowling, la creadora de la historia y guionista de la cinta, que se encuentra en la mira de muchos fanáticos por sus comentarios transfóbicos.

Animales Fantásticos: los Secretos de Dumbledore, la tercera película de una saga que planeaba cinco entradas, comienza con una gran escena entre Albus Dumbledore (Jude Law) y Gellert Grindelwald (ahora interpretado por Mads Mikkelsen). El encuentro entre ambos sirve para entender su relación y el anhelo de ambos personajes de cambiar el mundo, aunque desde dos visiones totalmente contrapuestas.

Aquí es donde nos encontramos a un Dumbledore incapaz de enfrentar a Grindelwald debido al pacto de sangre que hicieron años atrás, lo que lleva al director de Hogwarts a reunir a un grupo para tratar de detener los avances de su rival. Este nuevo ejército de Dumbledore incluye al magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne); su hermano menor y Auror, Theseus (Callum Turner); la asistente de Newt, Bunty (Victoria Yeates); la profesora Eulalie Hicks (Jessica Williams); a Yusuf Kama, el medio hermano mayor de Leta Lestrange (William Nadylam); y al muggle panadero Jacob Kowalski (Dan Fogler). Todos ellos tratarán de parar y luchar contra Grindelwald y sus seguidores, que incluye a Credence Barebone (Ezra Miller) y a la bruja vidente Queenie (Alison Sudol), quien estuvo a punto de casarse con Jacob, antes de pasarse al lado oscuro.

Al igual que las películas anteriores de Animales Fantásticos, hay muchos personajes en juego, integrados a un mundo que parece familiar (mayormente debido a la presencia de Hogwarts y Dumbledore), pero que a la vez busca expandir sus horizontes, introduciendo nuevos elementos, personajes y lugares. Esta vez, las criaturas mágicas y los conocimientos de Newt están mejor integrados a la trama. Por ejemplo, podemos ver cómo el joven mago ayuda a un Qilin, una especie de ciervo mágico cuyo poder radica en poder distinguir la pureza en el corazón de un mago y que es capaz de ver el futuro, una habilidad que será clave en la película.

Aunque una vez más Newt vuelve a quedar relegado a un segundo plano, su avance como personaje es más notorio, mucho más centrado, seguro de sí mismo y hasta capaz de moderar su honestidad brutal sin filtros. Sin embargo, carece de mucho desarrollo, al igual que el resto de los personajes, en especial Dumbledore y Grindelwald. Si bien los fanáticos de Harry Potter podrán rememorar la historia de Albus y su pasado con el actual villano de la saga, los nuevos fans de la saga podrían quedarse a mitad de camino en el entendimiento de la historia.

Punto a favor es la presencia de estos dos personajes en la pantalla se lleva los mejores momentos de la película. Mikkelsen resulta ser una gran opción para encarnar a Grindelwald, quien a pesar de sus siniestras intenciones logra conjugar una cierta calidez y simpatía, que deja en claro por qué hay muchos que quieren seguir sus pasos. Lo mismo podría decirse de Law y su versión joven de Dumbledore, determinado pero consciente de los errores que ha cometido a su paso, tanto en relación a su familia como con Grindelwald. Aquí encontramos a un Dumbledore que se resiste a liderar, pero que lucha por hacer del mundo un lugar mejor en donde muggles y magos puedan convivir en armonía. El actor da en la tecla al interpretarlo con una mezcla de esperanza y melancolía.

Los personajes secundarios se lucen un poco más en esta entrega, con más acción de por medio, y que apuntan a establecer el tono cómico que la historia necesita en ocasiones. Quien merece mención aparte es Jacob, cuya integración al Mundo Mágico es uno de los puntos más fuertes de la historia.

Si se la compara con las dos películas previas, que sirvieron para introducir la historia y los personajes, Los secretos de Dumbledore tiene mucha más libertad para jugar con todos estos elementos, preparando el terreno para lo que vendrá, que podría servir de puente entre Animales Fantásticos y Harry Potter.

Lamentablemente no sabemos si esta saga tendrá futuro. A pesar de que el estudio tenía planeada una franquicia con seis largometrajes, las tres primeras películas no han encontrado muchos adeptos entre los fans y mucho menos entre los críticos. El debut de Los secretos de Dumbledore en taquilla no fue el esperado, un elemento clave a la hora de determinar si la historia continuará o no, lo que es una lástima porque por primera vez Animales Fantásticos logra dar en la tecla, estableciendo un equilibrio entre todos los elementos que se habían introducido hasta ahora, con momentos dramáticos, otros divertidos y una magnífica apuesta visual.

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