La decisión que lamenta Stallone respecto a Rocky y que lo dejó sin nada

La vida de Sylvester Stallone quedó marcada a fuego con sus personajes. Más allá de haber creado a Rambo, quien también gozó de un éxito y popoularidad muy importante, queda claro que Rocky fue, es y será su mayor logro como actor y guionista. Y sin embargo, hay un detalle importante que llama la atención sobre este tema. 

Previo a la realización de la primera entrega del boxeador, Sylvester Stallone batalló duro para lograr su sueño. Esto incluyó realizar trabajos poco deseados, vivir con muy poco dinero y golpear muchas puertas. Cuando por fin hubo productores que aceptaron el guión, Sylvester tenía todas las de perder en cuanto a la negociación de contrato. Su pago inicial fue de 25000 dólares por el guión y uno 10000 por la actuación, un monto bastante inferior al que manejan normalmente en la gran industria, aunque muy por encima de lo que manejaba Syl previo a su carrera de actor. Según el mismo declaró en una entrevista, el año anterior había hecho unos 14000 dólares, menos de la mitad de la paga por su primera película. 

Sin embargo, el problema llegó tras el éxito de la película: tras un segundo arreglo donde mejoró sus ganancias, y una tercer entrega donde Stallone definitivamente se transformó en estrella, el creador de esta historia quiso hacerse de los derechos de la película, ya que la compra del guión en esa primera ocasión incluía que los dueños de los derechos de esta historia pasaran a ser los productores, y no Stallone.

Los dueños de la franquicia le negaron esto, lo que le prohibió al actor la posibilidad de decidir libremente sobre el futuro de la saga, pero también lo privó de las ganancias que esas películas dan y seguirán dando. 

“Cada palabra, cada sílaba, cada error gramatical fue mi culpa. Es chocante que nunca haya sido mío, pero me dijeron: ‘Oye, te recibiste tu pago, ¿de qué te estás quejando?’ Estaba furioso” fueron las palabras con las que Stallone se lamentaba por esta situación, sobre todo porque no podrá por ejemplo, darle esos derechos a sus hijos. 

Irwin Winkler, uno de los dueños de la franquicia, le respondió en su momento a Stallone alegando que no tenía de qué quejarse, ya que había hecho mucho dinero con Rocky. No parece ser tanto una cuestión de plata, sino de que Stallone siente que le corresponde por todo lo que luchó para hacerlo realidad, pero que sus necesidades del momento le prohibieron hacer mejores negocios. 

Más allá de lo que digan los papeles, sabremos siempre que Rocky es Sylvester Stallone, y que Sylvester Stallone es Rocky. 

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